No me gusta limpiar. Tampoco me gusta comprar productos de limpieza comerciales: me preocupa que sean perjudiciales tanto para mí como para el medio ambiente. Por eso, a veces me encuentro fregando el suelo con papel de cocina humedecido únicamente con agua del grifo.
Entonces, cuando mi editor de la BBC me pidió que probara un elemento básico de mi guardarropa: el bicarbonato–En mis tareas domésticas, acepté el desafío. Probaría algunos trucos popularizados en Internet y vería si funcionaban para mí. ¿Podrías ayudarme a mantener mi casa limpia, aliviar mi preocupación por el medio ambiente y ahorrarme dinero al mismo tiempo?
Mantener la casa limpia con productos básicos como el bicarbonato de sodio (también conocido como bicarbonato de sodio, bicarbonato de sodio o NaHCO3) es un truco perenne, asociado tanto a las viejas amas de casa como a los vídeos o páginas web de TikTok. sobre la salud.
La idea es que, en determinadas situaciones, el bicarbonato de sodio puede reemplazar los productos de limpieza comprado en la tienda, evitando dañar no solo al medio ambiente, sino también a nosotros mismos.
Fui al supermercado y compré dos botellas pequeñas de la marca de la tienda por $0,77 cada una, junto con una botella pequeña de una versión de marca por $1,59. Luego llamé a Nathan Kilah, profesor titular de química en la Universidad de Tasmania, Australia.
“Cualquier propiedad de limpieza que podamos obtener del bicarbonato de sodio se debe a su propiedades químicas, me dice. “Cuando limpiamos, hay diferentes partes de la mugre y la suciedad que pueden modificarse químicamente con bicarbonato de sodio”.
El bicarbonato de sodio es un base o álcalilo que significa que tiene un pH alto. Por tanto, una de sus propiedades químicas es que es capaz de eliminar el hidrógeno como ion de otros materiales.
“¿Entonces las moléculas reaccionan literalmente?” pregunto. “¿No es sólo que si froto algo, le quito la suciedad?” Correcto, me dice. Aunque el bicarbonato de sodio también es un abrasivo suavelo que significa que puedes desplazar el material rebelde de una superficie sucia con la ayuda de un poco de ayuda.
Por lo tanto, utilizar bicarbonato de sodio para calar la tetera no sería lo ideal: la cal también es una base, por lo que no suelen reaccionar. Para eso, el vinagre funciona mejor, porque es ácido.
De hecho, este parece ser el regla de oro “Los ácidos son buenos para limpiar bases” dice Kilah, “mientras el las bases son buenas para limpiar ácidos”. Por eso la popular tendencia online de combinar bicarbonato de sodio y vinagre en una mezcla de limpieza efervescente es casi completamente falsa: las dos sustancias simplemente se anulan entre sí.
Experimento
Más tarde hice mi primer experimento de limpieza. Agregué bicarbonato de sodio mezclado con agua a la tela manchada de un cojín de sofá y lo dejé durante 30 minutos antes de limpiarlo. La mancha desapareció, pero en su lugar quedó un anillo blanco de polvo (que permanecerá durante semanas).
Según Kilah, esto indica que se trata de materia alcalina, algo que en ocasiones se nota incluso al comer pasteles o galletas hechas con bicarbonato de sodio. También lo pruebo en tazas de té manchadas, con un éxito limitado. Por suerte, tengo otro químico al que llamar.
“La mayoría de los usos que veo para el bicarbonato de sodio [para limpiar] No funcionan”, afirma Dario Bressanini, químico y comunicador científico de la Universidad de Insubria, en Italia, y autor del libro “La ciencia de la limpieza”.
Bressanini está perplejo por la percepción que tiene el público de este producto. “Ves todos estos brebajes con jugo de limón, vinagre, bicarbonato de sodio y sal de mesa. El “La mayoría de estas recetas son totalmente falsas”. explica.
Él El pH alto, afirma, es el poder clave de bicarbonato de sodio. Se puede utilizar para contrarrestar los olores como los zapatos, que suelen ser generados por ácidos orgánicos producidos por bacterias, y los tomates podridos en el frigorífico, que son generados por un líquido ácido, pero eso es todo. E incluso este poder es bastante débil.
Luego vierto una generosa porción de bicarbonato de sodio en el lavabo del baño y lo mojo con agua hirviendo. Burbujea un poco. Se forman algunas burbujas y me siento como un mago. Pero el drenaje sigue siendo el mismo. Al menos no lo he bloqueado.
Además, el bicarbonato de sodio no es un detergente, no puede absorber la suciedad. La mayor parte de la suciedad que nos rodea es grasa, dice Bressanini. Para limpiarlo necesitas tensioactivosMoléculas que reducen la tensión superficial entre dos materiales. “El jabón es un surfactante. El champú contiene tensioactivos y también los detergentes. No bicarbonato de sodio”.
Reacio a rendirme, le cuento a Bressanini que el día anterior vertí bicarbonato de sodio y agua caliente en una bandeja para hornear grasosa y la sustancia pegajosa resultante se lavó fácilmente. Eso, me explica, se debe a que la grasa y el bicarbonato reaccionaron transformándose en una base más fuerte.
Es una forma de limpiar una bandeja con costras y grasa. Resulta que yo producía jabón, aunque hubiera sido mejor un jabón de verdad, elaborado con los ingredientes adecuados y en las proporciones adecuadas, sostiene.
No es tan natural como crees
¿Y qué pasa con la tendencia online de usar bicarbonato de sodio en el cabello? No lo hagas, advierte Bressanini. Las sustancias alcalinas levantan las pequeñas placas -o cutículas- que recubren nuestro cabello, debilitándolos. Por eso los champús son ligeramente ácidos, a diferencia del jabón.
Tanto Kilah como Bressanini me aseguran que limpiar con polvo para hornear no es peligroso (siempre que no creas que lavar la fruta con él la desinfectará o que se mezclarán diferentes productos y se correrá el riesgo de reacciones químicas peligrosas), pero señalan los puntos fuertes del polvo para hornear. productos. limpieza de supermercado en la que no había pensado antes.
Si bien es cierto que los limpiadores de supermercado utilizan la misma reacción química inducida por el pH que el bicarbonato de sodio y el vinagre, también tienen propiedades adicionales: puede descomponer la grasa, reducir la tensión superficial del agua o desinfectar.
“Lo que diría sobre muchos de estos métodos alternativos de limpieza con bicarbonato de sodio es que siempre implican fregar”, dice Kilah. “Nunca vas a espolvorearlo encima y esperar que esté limpio. Hay que frotar”.
Además, según Bressanini, el bicarbonato no se produce de forma natural. Su síntesis cuesta energía y recursos. Lo más importante es medir los productos de limpieza y no arrojar productos innecesarios a nuestros mares, afirma el químico. Y utilícelos de forma selectiva. No es necesario limpiar todo con lejía.
Una vez creado, el bicarbonato de sodio no es perjudicial para el medio ambiente, afirman mis expertos. Entonces, ¿limpiar con bicarbonato de sodio es mejor para el medio ambiente? le preguntó a Kilah. “En general, diría que sí”, responde. “Pero depende de la comparación que se haga… las rutas de suministro, fabricación y venta son muy complejas”.
Aún así, la producción, el transporte y el envasado de productos químicos de limpieza comunes en los supermercados pueden ser costosos para el medio ambiente y, a menudo, se encuentran en forma líquida, lo que requiere un gran volumen, y en envases más complicados que el bicarbonato de sodio, que, señala Kilah, es Generalmente se almacena en cajas de cartón.
Estos limpiadores también pueden ser perjudiciales para los seres humanos y el medio ambiente, al emitir, por ejemplo, compuestos orgánicos volátiles (COV) y compuestos orgánicos polifluorados (PFA), los llamados “químicos permanentes”, compuestos tóxicos que pueden permanecer en los humanos. y animales de todo el planeta.
Definición de limpieza
“Investigaciones recientes sugieren que la mayor amenaza para la salud de los niños proveniente de los ambientes domésticos en gran parte del mundo industrializado puede que ya no sean los microbios patógenos, sino más bien las comunidades microbianas agotadas y los químicos utilizados en los productos cotidianos, incluidos los de limpieza”, según un estudio conjunto. editado por Rachael Wakefield-Rann, investigadora de sostenibilidad de la Universidad Tecnológica de Sydney, Australia.
Hemos llegado a definir la higiene de forma muy estricta, me dice, y se ha convertido en sinónimo de evitar gérmenes. Pero en realidad, muchos productos químicos sintéticos suponen un gran riesgo para la salud; Los productos químicos antimicrobianos, por ejemplo, pueden causar trastornos endocrinos.
Por otro lado, algunos microbios, como los de nuestras mascotas, son beneficiosos e incluso desempeñan un papel importante en la formación del sistema inmunológico de los niños, afirma.
Según Wakefield-Rann, los productos que matan el 99% de los gérmenes permiten que los más desagradables sobrevivan y recolonicen nuestros hogares como la maleza en un terreno baldío. “Creo que con productos como el vinagre no se mata la biodiversidad porque no se intenta eliminar todo lo que está vivo”, explica.
Sin embargo, añade, si alguien tiene malestar estomacal, por ejemplo, puede ser mejor utilizar algo más fuerte.
Nuestra experiencia, añade Wakefield-Rann, nos enseña a gustarnos los productos de limpieza modernos. “Desde muy pequeños muchos asociamos el olor a pino o a limón con ese tipo de limpieza hospitalaria. Y no es sólo el olor, sino cosas como la espuma. Que algo burbujee o no es fundamental para que algunas personas lo consideren un limpiador eficaz”, afirma.
Finalmente, pruebo un último truco con bicarbonato de sodio.
Tomo un par de botas de lluvia malolientes y les vierto bicarbonato de sodio, como recomendó Bressanini. El polvo me salpica la cara y cae sobre la alfombra. Después los zapatos todavía apestan. Termino mi experimento. Para salvar el planeta y mi billetera, decido que tengo que adoptar una perspectiva más amplia sobre la limpieza en general: pensar en ella como una escala de grises en lugar de blanco y negro.
El bicarbonato de sodio tiene un lugar en esa escala, pero resulta que ese lugar es bastante pequeño.
Este artículo fue publicado en BBC Future. Haga clic aquí para leer la versión original.
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