Hace unos días, en nuestro programa “Desiguales” (Univisión), algo realmente me impactó. Algunas compañeras dijeron que no podían soportar cuidar de su marido hasta el final, especialmente si sabían que iba a morir. ¿Y por qué? No sabrían el momento del proceso y entonces perderían su carrera. Me quedé en shock. ¿Será que soy demasiado mayor? ¿O que están totalmente equivocados?
He conocido a hombres que abandonan a sus esposas tan pronto como descubren que ella tiene cáncer. También de hombres que cuando un niño nace prematuramente temen que muera y se vaya por un tiempo.
No los justifico, pero puedo entender que un hombre no pueda manejar ciertas emociones, porque no se lo hemos enseñado. El hombre es mucho más débil emocionalmente, no sabe gestionar sus sentimientos ni hablar de ellos. Me parece horrible que un ser humano abandone a otro en un momento tan terrible como una enfermedad terminal.
Cuando nos casamos, como dice el sacerdote en la iglesia, tenemos que estar en las buenas y en las malas, en la abundancia y en la pobreza, en la enfermedad y en la salud.
Casarse es un compromiso con otro ser humano al que supuestamente amamos. No entiendo que alguien pueda abandonarlo si está débil, solo y frente a la muerte. Nunca podría hacer eso. Es cobardía y falta de todo. ¿Qué está pasando con el mundo y la gente?
Sé que cuidar a una persona enferma lleva tiempo. Te agota. El cuidador necesitará terapia y apoyo emocional de familiares y amigos. Es muy difícil ver así a la persona que amas.
Siempre hablo de Catriel, mi gran amiga. Es gay y lo conocí con su pareja, que tenía un problema cerebral y se volvió totalmente dependiente. Catriel sacrificó su forma de ganarse la vida. Era uno de los mejores maquilladores que he conocido y viajaba mucho con artistas famosos.
Vi cómo, durante veinte años, un hombre joven y bien parecido se quedó cuidando a esa persona. Hasta que la enfermedad degeneró y le dijeron que necesitaba cuidados especiales. Eso es ser solidario. Eso es amar a otro. Gracias a Dios todavía hay gente de ese calibre. Dios te bendiga Catriel. Y a mi marido y a mi hermana les digo que no se preocupen. Nunca abandono a las personas que amo. Nunca.