El primero de los seis capítulos, mostrados en el avance, empieza por el final: la fatídica carrera en Ímola donde Senna pierde la vida a los 34 años y que deja atónitos a los brasileños reunidos en un bar el 1 de mayo de 1994. barrio para ver al ídolo.
A partir de ahí, rápidamente, el guion vuelve a los orígenes, al niño que estrena su primer kart y al joven adulto que, antes de marcharse a Europa a probar suerte al volante, le hace a su padre la promesa imposible de que volverá a Brasil para sentarse detrás de un escritorio.
Senna está interpretado por Gabriel Leone, que ya interpretó al piloto Alfonso de Portago en la película ‘Ferrari’ y que se adapta tanto al uniforme como a la impetuosidad del ídolo brasileño.
Además, si lo que el aficionado al automovilismo busca es velocidad, la producción no defrauda: las escenas de carrera, filmadas en autódromos con cámaras a pie de pista, derraman adrenalina y ponen los pelos de punta.
Considerada la mayor producción brasileña de Netflix, un equipo de 123 personas reconstruyó objetos importantes de la vida de Senna, como su primer kart, y realizó 22 réplicas idénticas de los coches.
El director de la miniserie, Vicente Amorim, elogió en declaraciones a EFE la lucha del piloto por “ganar en un sistema que no quería que un latinoamericano llegara a donde él llegó”.
Más allá de lo heroico, la serie, que estará disponible a partir de este viernes en la plataforma, intenta esbozar rincones más íntimos de la vida de Senna, como su dilema entre seguir compitiendo o formar una familia en Brasil.
“El cine necesitaba darle un trato más humanizado, no sólo como un héroe sino como un ser humano que comete aciertos y errores”, afirmó el director.
Presente en el acto, la hermana de Senna, Viviane, afirmó durante la presentación que la parte “más difícil” fue precisamente captar la personalidad del piloto y “la idea de una victoria que conlleva valores como la disciplina y el trabajo duro”.