Los avances en la tecnología médica han mejorado el tratamiento de los trastornos neurológicos. Un avance reciente y prometedor es elultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU en sus siglas en inglés), utilizado en el Fundación Jiménez Díaz para tratar el temblor refractario (un tipo de temblor que no responde a los tratamientos médicos convencionales, como los medicamentos), la distonía focal (un trastorno del movimiento que provoca contracciones musculares sostenidas e involuntarias en una parte específica del cuerpo) y el dolor neuropático (crónico dolor debido a una disfunción en el propio sistema nervioso, sin que se haya producido ningún daño). Este procedimiento, ya eficaz en los primeros pacientes tratados, ofrece una solución menos invasiva y Más seguro que la neuroestimulación cerebral profunda. (DBS), el estándar hasta ahora.
Ultrasonido focalizado de alta intensidad Es una técnica no invasiva que utiliza haces de ultrasonido para generar calor en áreas específicas del cerebro.destruyendo tejidos mediante necrosis coagulativa y deteniendo las señales neuronales que provocan trastornos del movimiento. Guiado por resonancia magnética, HIFU trata con precisión el temblor esencial y parkinsonianoy también puede apuntar al núcleo subtalámico en casos de Parkinson, además de aliviar los síntomas de distonía focal y dolor neuropático en ambas estrategias, pero ninguna de las cuales es curativa.
Hasta hace poco, la estimulación cerebral profunda era el tratamiento más común para controlar los síntomas del temblor y otros trastornos del movimiento. La DBS implica la implantación de electrodos en áreas profundas del cerebro que, mediante estimulación eléctrica, controlan los movimientos involuntarios. Aunque eficaz, este tratamiento requiere una intervención quirúrgica más invasiva, con riesgos asociados como infecciones, problemas de ajuste con los dispositivos electrónicos implantados y la necesidad de controles periódicos. Él HIFUen comparación, Es un procedimiento que no requiere cirugía abierta.ni la implantación de dispositivos, lo que reduce significativamente los riesgos asociados. La operación se realiza en apenas 3 o 4 horas con el paciente despierto y con una estancia hospitalaria mínima, generalmente de una sola noche. Como señala el Dr. Joaquín Ayerbe, especialista en neurocirugía de la Fundación Jiménez Díaz, una de las grandes ventajas del HIFU frente a la ECP es precisamente “su sencillez de ejecución”, que ha sido un punto clave para su adopción en la Fundación. .
Hasta la fecha, La Fundación Jiménez Díaz ha tratado con éxito mediante HIFU a 15 pacientes, todos ellos mayores de 70 años y diagnosticados de temblor esencial.. Según el doctor Ayerbe, todos los pacientes pudieron reincorporarse a sus actividades diarias a las 24 horas de la intervención, sin necesidad de rehabilitación posterior. No se informaron efectos secundarios significativos.lo que demuestra la seguridad y eficacia del procedimiento. Este éxito inicial no sólo subraya la viabilidad del HIFU como tratamiento para el temblor esencial, sino que también abre la puerta a su uso en pacientes más jóvenes y en casos más complejos, como aquellos con Parkinson con temblor predominante. El objetivo a medio plazo es aumentar el número de intervenciones y tratar al menos a cuatro pacientes al mes.; Apuesta por HIFU como opción de referencia en el hospital.
El perfil del paciente candidato a HIFU es clave para asegurar el éxito. Los pacientes deben cumplir ciertos criterios de inclusión.: diagnóstico de temblor esencial o enfermedad de Parkinson tremorógena, sin deterioro cognitivo significativo, y que no hayan respondido a los tratamientos farmacológicos convencionales. Además, los candidatos deben entender que el tratamiento no es curativo, sino que busca aliviar los síntomas y mejorar su calidad de vida. A diferencia de otras técnicas, los pacientes no deben tener indicaciones para otras terapias de lesiones o ECP, o deben haber rechazado estas alternativas. Este enfoque selectivo garantiza que los pacientes que reciben HIFU sean los que más se beneficiarán de sus ventajas mínimamente invasivas.. Además de su simplicidad, el procedimiento evita los riesgos de infecciones y complicaciones mecánicas asociadas con los dispositivos DBS implantables. Para muchos pacientes, estos factores hacen del HIFU una opción más atractiva, especialmente si desean evitar cirugías más invasivas o no están dispuestos a someterse a tratamientos que requieran un seguimiento médico constante.
El éxito del HIFU en la Fundación Jiménez Díaz no sólo depende de la tecnología utilizada, sino también de colaboración multidisciplinar de diferentes especialidades. El tratamiento se realiza con la participación coordinada de los servicios de Neurología y Neurocirugía, así como del equipo de Neurorradiología, encargado de gestionar la resonancia magnética que guía el procedimiento. El equipo de Neurología, liderado por el Dr. Pedro García Ruiz e integrado por los doctores Javier del Val y Cristina García Campos, se encarga de seleccionar a los pacientes adecuados y realizar un seguimiento exhaustivo de su evolución. Paralelamente, el equipo de Neurocirugía, bajo la dirección de la Dra. Mónica Lara, realiza la intervención con precisión y control, mientras que las doctoras Julia Montoya y Cristina Ordóñez, de Neurorradiología, se encargan de las tareas relacionadas con la resonancia magnética.
Aunque el uso de HIFU se ha centrado inicialmente en el temblor esencial, las posibilidades de expansión son amplias. La Fundación Jiménez Díaz prevé incluir en sus criterios a pacientes más jóvenes, así como a aquellos con enfermedad de Parkinson que tengan un alto componente de temblor.. Además, se espera que HIFU pueda usarse en el futuro para tratar otras afecciones, como el dolor neuropático que no responde a los tratamientos convencionales. Este avance no sólo posiciona a la Fundación Jiménez Díaz como centro de referencia en el tratamiento de los trastornos del movimiento, sino que también subraya su compromiso con la excelencia sanitaria y la innovación tecnológica. El hecho de que sea el tercer hospital público de Madrid en ofrecer esta técnica demuestra una vez más su compromiso con los pacientes.
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