Al menos 20 de los casi 400 agentes de policía de Kenia desplegados en Haití como parte de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) respaldada por la ONU han presentado cartas de renuncia en los últimos dos meses. Las renuncias se atribuyen a pagos atrasados y malas condiciones laborales, dijeron a Reuters tres funcionarios bajo condición de anonimato.
Los agentes, que siguen prestando servicio a pesar de sus peticiones, afirman que su último pago fue en septiembre, contradiciendo las declaraciones del jefe de la policía keniana, Douglas Kanja, quien afirmó que sus salarios estaban vigentes hasta octubre.
Problemas de moral y recursos insuficientes
La misión, destinada a enfrentar la violencia de las pandillas que asola Haití, ha enfrentado problemas morales casi desde el principio. Además de los retrasos salariales, los agentes han denunciado una falta de municiones y equipos adecuados para contrarrestar a las bandas, que han intensificado sus ataques contra posiciones kenianas.
Un oficial describió su experiencia como traumática y mencionó escenas inquietantes, como perros alimentándose de restos humanos en las calles. Según se informa, la misión también ha sufrido escasez de personal, y sólo un pequeño contingente de otros países se suma a los 400 oficiales de Kenia.
Violencia de pandillas y falta de estabilidad en Haití
La violencia de las pandillas ha empeorado en Haití y los grupos armados han ampliado su control en Puerto Príncipe. En este contexto, las limitaciones del MSS se han vuelto evidentes, a medida que Estados Unidos presiona para convertirlo en una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU. Sin embargo, países como China y Rusia han expresado su oposición, sugiriendo que se debería dar más tiempo a la misión para establecer la paz.
Incertidumbre política en Haití
La situación política en Haití también ha empeorado, con la reciente expulsión del primer ministro designado por el consejo nacional de transición y el nombramiento de un nuevo líder, Alix Didier Fils-Aimé. Esto añade un nuevo nivel de complejidad al esfuerzo por restaurar la estabilidad en el país.
La misión del MSS enfrenta desafíos logísticos, políticos y de seguridad, mientras que las renuncias y quejas de los oficiales resaltan las dificultades para implementar una respuesta efectiva a la crisis haitiana.