Es la comunidad impresa en 3D más grande del mundo. Ha sido bautizado como Wolf Ranch y está situado en Georgetown, Texas (Estados Unidos). Es toda una hazaña tecnológica ya que las 100 casas que componen esta interesante e innovadora comunidad de propietarios han sido creadas íntegramente y capa a capa con una impresora 3D de tamaño industrial.
¿Puede un impresor construirte la casa de tus sueños? Podría ser. Podemos ubicar Wolf Ranch a lo largo del río San Gabriel en las colinas de Georgetown, Texas, a unas 30 millas al norte de Austin. La construcción de esta localidad, que está a punto de finalizar, se inició allá por 2022 en un proyecto que apenas dos años después finalizará en verano. Esta rapidez ha sido posible gracias a que el modus operandi para construir las 100 casas no ha sido tradicional: todas ellas han sido impresas en 3D en una colaboración de la empresa texana ICON -especializada en impresión 3D a gran escala-, la empresa Lennar, que es también uno de los constructores de viviendas más grandes de este país y el destacado estudio de arquitectura Bjarke Ingels Group (o BIG) de Dinamarca -y que también tienen su sede en Nueva York-, como codiseñadores. Todos ellos han iniciado toda una revolución arquitectónica.
Las viviendas se han construido desde cero utilizando el modelo de impresora Vulcan que mide 14,2 metros x 4,75 metros y es capaz de construir una casa de 278 m2 con una mínima supervisión humana y sin necesidad de moverla. Cada casa se crea capa a capa extruyendo una mezcla propia similar al cemento que sale por una boquilla como si de una pasta de dientes gris se tratara, y que sigue un plano previamente introducido, permitiendo cómodamente construir la estructura básica de la casa. Cuando se ha completado esta parte fundamental de la casa es cuando aparecen los humanos, quienes se dedican a terminar las ventanas, puertas, techo y todo lo necesario para finalmente poder llamarla residencia. Las casas de una sola planta tienen entre 140 y 195 metros cuadrados con dos o tres baños disponibles, según la planta. Los interiores son amplios y luminosos con una cocina abierta, ventanas generosas y una gran sala de estar.
“Por primera vez en la historia del mundo, lo que estamos presenciando aquí es una flota de robots construyendo una comunidad completa de casas. Y no una casa cualquiera, sino casas que son mejores en todos los sentidos… mejor diseño, mayor resiliencia, mayor eficiencia energética y confort, y mayor resiliencia”, explicó Jason Ballard, cofundador y director ejecutivo de ICON en un comunicado de prensa.
Según los constructores, los precios de las casas, de una sola planta y de tres a cuatro dormitorios, parten de los 400.000 dólares, unos 362.000 euros (a partir de ahí pueden llegar hasta los 600.000 dólares, unos 544.000 euros al cambio). tasa). . Cada casa tarda aproximadamente 3 semanas en imprimirse por completo y todas las casas están diseñadas para resistir el moho, el calor, las termitas, el agua y las condiciones climáticas extremas. Además, cada casa en Wolf Ranch está equipada con un sistema de paneles solares y tecnología de hogar inteligente. Esto incluye una cerradura digital, un timbre con video Ring y un termostato inteligente.
Desde su fundación, Icon ha producido sus propias impresoras 3D gigantes, que pueden construir paredes de casas capa por capa y han permitido a la empresa producir diseños que traspasan los límites con elementos como paredes curvas. Pero esto no termina aquí. La compañía ha creado una nueva impresora, llamada Phoenix, que supera algunas de las barreras que tiene Vulcan, como ciertas limitaciones a la hora de imprimir según en qué partes de la casa, al mismo tiempo que ayuda a reducir los costes de construcción y aumentar las posibilidades de diseño de las viviendas finales.
ICON es bastante ambicioso en sus objetivos finales. Otro de sus grandes proyectos es la impresión de casas en 3D en nuestro satélite, en la Luna, como parte del programa de exploración lunar Artemis de la NASA. La agencia espacial estadounidense ya ha contratado los servicios de ICON para que pueda llevar su tecnología al espacio y poder construir refugios, plataformas de aterrizaje y otras estructuras necesarias en la superficie de nuestra Luna.
“Para cambiar el paradigma de la exploración espacial de ‘ir y venir’ a ‘aquí para quedarse’, necesitaremos sistemas robustos, resilientes y ampliamente capaces que puedan utilizar los recursos locales en la Luna y otros cuerpos planetarios. “Estamos satisfechos de que nuestra investigación e ingeniería hasta la fecha hayan demostrado que tales sistemas son realmente posibles, y esperamos hacer realidad esa posibilidad”, señaló Ballard tras el anuncio oficial del contrato con la NASA.