A lo largo de sus 25 temporadas en la MLB, Henderson dejó una huella imborrable al vestir los uniformes de equipos como Oakland Athletics, New York Yankees, San Diego Padres, New York Mets, Seattle Mariners, Boston Red Sox, Toronto Blue Jays, Anaheim Angels. y Dodgers de Los Ángeles.
Nacido en Oakland y ex alumno de Oakland Tech, fue seleccionado por los Atléticos en la cuarta ronda del Draft de la MLB de 1976, haciendo su debut en las Grandes Ligas tres años después. En su primera temporada completa (1980), consiguió su primera selección al Juego de Estrellas y se posicionó como uno de los jugadores más destacados de la liga.
En 1989, durante su segunda etapa con los Atléticos, Henderson ayudó a su equipo a ganar la Serie Mundial contra los Gigantes de San Francisco. Dos años después, el 1 de mayo de 1991, batió el récord de bases robadas de Lou Brock al alcanzar su robo número 939, un momento icónico que coronó levantando la base por encima de su cabeza y proclamándose “el más grande de todos los tiempos”. .
Rickey Henderson se retiró con impresionantes logros estadísticos, que incluyen:
- 1.406 bases robadasrécord absoluto en la MLB.
- 2.295 carreras anotadasla mayor cantidad en la historia de la liga.
- 297 jonrones y 1.115 carreras impulsadas.
Además, fue seleccionado para 10 Juegos de Estrellas, ganó el MVP de la Liga Americana de 1990, tres premios Silver Slugger y un Guante de Oro.
El legado de Henderson fue celebrado en múltiples ocasiones. En 2017, el campo del Oakland Coliseum pasó a llamarse “Rickey Henderson Field” en su honor, y en 2020, fue incluido en el Salón de la Fama del Deporte del Área de la Bahía.
La comunidad del béisbol lamenta la pérdida de una de sus figuras más icónicas, recordando no sólo sus récords sino también su carisma y estilo único. Rickey Henderson deja un legado eterno en la historia del deporte.
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