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viernes, enero 10, 2025

Tronos de sangre: descubre a los monarcas más sanguinarios de la Edad Media y el Renacimiento

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Él Medieval y el Renacimiento contribuir con diversos aportes famoso a la lista de personajes infames con altas responsabilidades gubernamentales. Juan I de Inglaterra (1166-1216), por ejemplo, suele citarse como uno de los reyes más desastrosos de la historia de las islas –si no la mayoría–, hasta el punto de que en el siglo XIV surgió una posible candidatura al trono de Juan de Gante simplemente porque se llamaba Juan: así de amargo era su recuerdo. El hijo menor de Enrique II y Leonor de Aquitanialos magníficos fundadores del Imperio angevino, fue apodado “sin tierra” porque no se esperaba que heredara nada. A la vista de los resultados hubiera sido lo mejor.

Era un monarca débil, injusto, cruel, vengativo, codicioso como pocos y dominado por la lujuria.un hombre que perseguía implacable y descaradamente a las esposas e hijas de sus barones y que no confiaba en nadie ni era capaz de inspirar la más mínima simpatía en nadie. Sin embargo, lo más escandaloso, según la mentalidad de la época, fue que En materia de guerra también resultó incapaz..

Pronto mostró signos de su personalidad abyecta. A la edad de dieciocho años fue enviado a gobernar la recién conquistada Irlanda y creó interminables conflictos debido a su inclinación por burlarse de las largas barbas rojas de los reyes locales. Entonces traicionó a su hermano, Ricardo Corazón de Leónquien lucho en la tercera cruzadapara quitarle el trono. Fracasó, como tantas otras veces. Ricardo lo perdonó con el argumento de que estaba desacertado y era sólo un niño -ya tenía 27 años- y, Antes de morir, tomó la decisión inconsciente de nombrarlo heredero..

No fue la mejor decisión. Al verse rey, Juan se enamoró de Isabel de Angulemauna noble francesa de doce años ya comprometida con un importante señor local, para quien se embarcó en una guerra que inició la lenta e inexorable destrucción del imperio que había recibido (en 1204 perdió Normandía, territorio de incalculable valor simbólico). En esos años de conflicto, siguió haciendo que la gente lo odiara. Sometió tanto a aliados como a enemigos a tratos atroces, lo que generó gran indignación -todos eran familiares- y, en una nueva prueba de vileza, hizo asesinar a su sobrino de 16 años, Arturo I de Bretañaquién se le había opuesto y en quién veía una amenaza.

Para financiar estas aventuras e intentar recuperar lo perdido, La presión fiscal aumentó a niveles legendarios.. Algunos nobles, al no poder pagar el impuesto a la herencia, quedaron reducidos a la pobreza. Pero todo fue inútil: en 1214, tras el desastre de la batalla de Bouvines, tuvo que abandonar definitivamente sus pretensiones e indemnizar al rey francés. El malestar de la aristocracia Luego se transformó en rebelión y Juan fue obligado a firmar la carta magna. No le importó mucho: gracias a una nueva artimaña para la que consiguió reclutar él mismo al Papa, Inmediatamente repudió el documento y comenzó otra guerra, esta vez contra sus barones..

Castillo de Bran en Transilvania

El siguiente villano de la lista ha pasado a la historia por extrema crueldad de sus métodos punitivo. Vlad IIInacido Vlad Draculea en 1431, príncipe de valaquia –región de la actual Rumanía–, es mejor conocido como Vlad el Empalador (Vlad Tepes en rumano) por sus famosos bosques empalados. Esta forma de ejecución y tortura es una de las más perversas que puedan imaginarse: el condenado es sentado sobre un palo clavado en el suelo para que la afilada punta de madera se introduzca por el orificio natural del cuerpo y, a lo largo de una agonía. de horas, perfora la carne hasta salir por el otro extremo.

Vlad Los ejecutó por miles e hizo montar un banquete delante para poder cenar mientras contemplaba el espectáculo.. Según la leyenda, de vez en cuando pedía que le trajeran un cuenco con la sangre de sus víctimas para mojar el pan. No es sorprendente que Bram Stoker se inspiró en él para escribir Drácula.

Por supuesto, La veracidad de estas historias debe tomarse con cautela. –muchos fueron difundidos por sus enemigos– y, en cualquier caso, El empalamiento no fue su invención.. Seguramente lo aprendió de niño cuando, a la edad de trece años, él y su hermano Radu fueron entregados como rehenes al Imperio Otomano. Años más tarde, de vuelta en Valaquia y convirtiéndose voivoda –principio–, él pondría a prueba a los turcosa quien luchó en defensa de la independencia de su país, tu propia medicina.

Una copa de vino con César Borgia

El cronista griego Laonicus Chalcocondylas cuenta que Sultán Mehmed IIconquistador de Constantinopla en 1453, que tampoco era particularmente repugnante a la sangre, Retrocedió horrorizado al llegar a Târgoviște en 1462, donde se encontró con un bosque de 20.000 personas empaladas. –hombres, mujeres y niños– qque Vlad lo había dejado para que supiera con quién se estaba metiendo (al parecer, los pájaros habían anidado en las entrañas de los desafortunados). En otra ocasión memorable, Vlad cruzó el Danubio y atacó el territorio del Imperio Otomano, tras lo cual escribió al rey húngaro Matías Corvino informándole de las 24.000 víctimas que se había cobrado; Carta que, para mayor credibilidad, iba acompañada de un par de sacos llenos de orejas, narices y cabezas.

Vlad murió luchando contra los turcos en 1476.en circunstancias poco claras. Lo que se sabe es que el sultán recuperó su cabeza a estambul y que, para que todos pudieran verlo, La hizo clavar, por supuesto, a un palo..

Pocos nombres evocan el uso de medios criminales para deshacerse de los adversarios como el de los Borgiauna familia que inspiró verdadero miedo en la Roma del Renacimiento. El príncipe ítalo-español César Borgia (1475-1507) fue hijo del Papa Alejandro VI (Rodrigo de Borja, de origen valenciano) y capitán general de los ejércitos papales, que utilizó para incrementar las posesiones familiares. No hay duda de que Muchos de los crímenes atribuidos a los Borgia son parte de una leyenda negra.: No hay pruebas sobre el famoso uso de venenos y el supuesto incesto de Lucrecia con su padre y su hermano parece definitivamente falso. Sí, está claro, sin embargo, el Carácter expedito e implacable de los métodos utilizados por Césarun individuo cuyo camino era mejor no cruzar.

Prueba de su carácter es la forma en que hizo asesinar a su cuñado, el joven Alfonso de Aragóncasado con Lucrecia, por una mera cuestión de alianzas políticas. Para ello recurrió, como en muchos otros casos, a su sicario de confianza, Michelloto Corellaconocido como Don Michelle, también valenciano. Alfonso fue apuñalado varias veces en la puerta de la iglesia y luego, cuando parecía que podía curarse, yestrangulado en su propia camaen la mejor tradición de las películas de gánsteres.

Sufrieron un destino similar los líderes Vitellozzo Vitelli, Oliverotto da Fermo y Paolo Orsini y el duque de Gravinaque habían conspirado contra él y disputado sus territorios. Borgia acordó una tregua con ellos y los invitó a un banquete de reconciliación en Senigaglia, donde fueron estrangulados también de Don Michelle.

Si se dice de Juan sin Tierra que fue uno de los peores reyes de Inglaterra, y no directamente el peor, es sobre todo porque tiene en cuenta Enrique VIII (1491-1547) un oponente muy serio. El segundo representante de la dinastía Tudor es famoso por la facilidad con la que cambió de esposa (tenía seis) y por el trato que les dio: a dos de ellos, Ana Bolena y Catalina Howard, los hizo decapitar para las adúlteras (acusación totalmente falsa en el primer caso y verdadera en el segundo); a otros dos, Catalina de Aragón y Ana de Cleves, el los repudio –el primero por ser “viejo” (40 años) y el segundo por poco atractivo–; Catalina Parr estuvo cerca de ser ejecutada también, pero logró ablandarle con sus súplicas, y Juana Seymour No tuvo tiempo de caer en desgracia: murió al dar a luz al regalarle a Enrique su ansiado hijo, y por ello siempre fue recordada y venerada.

Pero no fueron sólo sus famosas esposas las que sufrieron la miseria del rey, sino todos sus súbditos en general y, entre ellos, sus más fieles consejeros. El Cardenal Wolseyque le había servido tan eficientemente durante años, recibió el Comisión envenenada para negociar con el Papa la anulación del matrimonio con Catalina de Aragón. Fracasó y fue privado de todoy tuvo la suerte de morir por causas naturales –digamos de asco– cuando se dirigía al juicio en el que iba a ser condenado al patíbulo.

Otro de sus colaboradores, El humanista Tomás Moro fue decapitado por no aceptar a Enrique como jefe supremo de la Iglesia. tras la ruptura con Roma, y Thomas Cromwellel ministro que había ideado y organizado el cisma religioso para que el matrimonio con Ana Bolena fuera posible, perdió la vida por Entonces búscale una esposa que no le guste. –Sólo le había mostrado un retrato, aparentemente poco fiable–. En su noche de bodas, Enrique VIII sufrió un episodio de impotencia frente a Ana de Cleves, a la que apodó la “yegua flamenca” y de la que, según decía, olía mal (tenía una herida ulcerada en la pierna, que al parecer desprendía un olor insoportable). oler). Conclusión: qué A Cromwell le cortan la cabeza.

Lo curioso es que, cuando Enrique fue coronado a la edad de dieciocho años en 1509, fue recibido con esperanza. Se le consideraba el perfecto príncipe del Renacimiento y se pensaba que podía representar un cambio respecto al reinado de su padre, cuyos últimos años habían estado dominados por la corrupción. esa ilusión no duró mucho. En 1521 hizo ejecución completamente arbitraria de Edward StaffordDuque de Buckingham, sólo porque lo veía como un posible rival.

Decapitación de Ana Bolena

Esta forma de actuar respondía a una ansiedad muy característica. Tudorvinculado al hecho de queEl fundador de la dinastía, Enrique VII, había plano usurpó el trono. La preocupación por posibles amenazas creció a lo largo del reinado y acabó convirtiéndose en auténtica paranoia. En los últimos años de Enrique VIII, nadie en la corte podía estar seguro de que al día siguiente tendría la cabeza sobre los hombros. El rey que había sido recibido como un Kennedy terminó siendo estalin.

Precisamente, el dictador y genocida soviético era un gran admirador del último de los monarcas villanos aquí expuestos. Iván IV Vasilievich, más conocido como Iván el Terrible (1530-1584), Tenía sólo tres años cuandoDespués de la muerte de su padre, fue coronado gran príncipe de Moscú. Su madre asumió el cargo de regente pero, cuando Iván tenía ocho años, murió envenenada por los boyardos –nobles terratenientes eslavos, con enorme poder– que encarcelaron al principito en el Kremlin y lo sometieron a un castigo. vida de miseria y humillación.

Iván mostró desde la niñez una marcada tendencia hacia la crueldad –su principal entretenimiento era arrojar cachorros y gatitos desde lo alto de la torre del Kremlin–, pero fue a los trece años cuando tomó en serio el asunto de la venganza: elogió al príncipe Shuisky –uno de los boyardos– y tíralo a una manada hambrientaque lo destrozó en cuestión de segundos.


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