Al llegar al gobierno, Trump hará todo lo necesario para mantener unida a su base, ya que su mayoría en el Congreso es muy pequeña.
La forma en que Trump hace política se define por la articulación de necesidades de los ciudadanos que no han sido satisfechas por los gobiernos locales o federales, o por el sistema económico. En otras palabras, Trump identifica los agravios particulares de diferentes segmentos de la población y los reúne bajo una metáfora de acción articulatoria como MAGA (Make America Great Again).
Su propuesta electoral siempre exige el establecimiento de una frontera interna entre sus seguidores y el resto de la población. Gente MAGA versus todos los demás. Al llegar al gobierno, Trump hará todo lo necesario para mantener unida a su base, ya que su mayoría en el Congreso es muy pequeña y un par de senadores o tres representantes en la Cámara podrían frenarle en sus intenciones.
Trump se dedicará a movilizar a sus seguidores tanto en las redes sociales como en persona para intimidar a todos sus oponentes internos. A los republicanos que no acepten todas sus propuestas y que den señales de independencia, procederá a amenazarles con apoyar a un nuevo candidato en las elecciones primarias. Expondrá a sus oponentes en las redes sociales y en sus discursos frente a sus seguidores insinuará frases que podrían interpretarse como invitaciones a acciones de facto. Sus seguidores le perdonan todo y nunca se quejan de nada. Hasta el día de hoy, el muro que se prometió en 2016 no ha sido terminado y México no ha gastado ni un centavo en ese supuesto proyecto.
Contra los demócratas e independientes que se le oponen, utilizará el aparato estatal para atacarlos. Por ejemplo, le pedirás al IRS que audite tus declaraciones de impuestos, con esta estrategia te asegurarás de poner en duda la legitimidad e integridad de tus oponentes. Buscará atraer a los demócratas más conservadores con la simpatía de una celebridad que pueda darles relevancia en un momento en el que el partido ha dejado de representar a la gente de clase trabajadora, que piensa primero en su economía familiar antes que en los llamados issues. “desperté”. Los demócratas utilizan un lenguaje que puede percibirse como académico y elitista en el que los trabajadores no encuentran una respuesta a sus necesidades inmediatas.
Independientemente de la orientación política de sus oponentes, Trump aprovechará la ambición política de todos. Unas veces amenazando con destruir sus carreras y otras con la promesa de darles la oportunidad de crecer como lo hace con el caso de Marco Rubio.
Sin embargo, el mayor desafío de Donald Trump es el hecho de que desde el primer día es un presidente no reelegible; Será un “Lame Duck” como dicen en inglés. Consciente de esta realidad, hace unos días Steve Bannon propuso que Trump debería ser reelegible, porque sus dos mandatos no han sido consecutivos. Esa pregunta la dejo a los constitucionalistas, pero aclaro que esto revela la desesperación del entorno de Trump que en el fondo sabe que este segundo mandato no será fácil y que a pesar de las apariencias, lo que viene podría acabar con su movimiento. Desde el primer día de su gobierno, los políticos republicanos con aspiraciones presidenciales iniciarán su campaña para presentarse como los sucesores ideales de Trump, los posibles herederos del MAGA. Un par de ellos recibirán la bendición y lo arriesgarán todo por esa opción. Sin embargo, quien sienta que no será la persona ungida por el líder para reemplazarlo iniciará una campaña para posicionarse como una alternativa. Así, con una mayoría muy pequeña y mucha gente interesada en sustituirle, Trump verá cómo varios políticos republicanos, que antes se acobardaron ante sus gritos y amenazas veladas, recuperarán el valor y se opondrán abiertamente a él en la esfera pública. A medida que pase el tiempo, la búsqueda de relevancia política será mayor y pasada la mitad del período, si se llega a ese momento al tratarse de un hombre de 78 años en mal estado físico, la situación puede resultar incontrolable para él y su familia. seguidores. A sus 80 años, viejo, sin posibilidades de reelección y con antiguos aliados convertidos en opositores, Trump pondrá a prueba la Constitución y las instituciones.
Es probable que tenga un tercer juicio político en ese momento y que los mismos que lo defendieron se dediquen a condenarlo para presentarse como el futuro.
Los principales cambios en la política nacional.
No creo que Trump pueda cumplir su promesa de gravar las importaciones y hacer que los países de origen paguen por ello. Esa es la nueva versión del llamado muro fronterizo. Es decir, es una promesa vacía. Sin embargo, sólo hablar de ello e intentar cualquier acción dará lugar a una serie de enfrentamientos o guerras arancelarias en las que los consumidores cargarán con las pérdidas. Como es su costumbre, Trump no aceptará responsabilidad y culpará a sus oponentes del caos que él mismo se propone instaurar. La política arancelaria, las importaciones y exportaciones de productos y alimentos requieren una atención especial.
Las únicas promesas que Trump podría cumplir son aquellas que afectan a sus amigos multimillonarios como Elon Musk o Jeff Bezos. Es decir, impondrá procesos de desregulación que beneficien la posición dominante de determinadas empresas. Reducirá o eliminará los controles de contaminación ambiental.
Beneficiará los procesos de desarrollo de la Inteligencia Artificial generativa y paralelamente debilitará a los departamentos de educación y a la universidad pública. En otras palabras, permitirá una nueva revolución tecnológica, pero con poca o ninguna regulación. La nueva revolución tecnológica será como el viejo oeste de finales del siglo XIX y principios del XX.
Muchos temen que su administración se dedique a censurar posiciones académicas divergentes, pero yo creo que a Trump en realidad le importan poco los académicos ya que cada vez menos los escuchan. Sin embargo, es muy posible que busque cambiar el carácter laico del Estado. La imposición de un cristianismo pseudooficial junto con el nativismo lingüístico pueden convertir a Estados Unidos en una versión angloparlante de la España de la época de Franco.
Finalmente, es muy importante estar atentos a posibles cambios en materia de salud pública y alimentación. Si Robert F. Kennedy Jr. impone su visión antivacunas, la salud pública podría enfrentar el resurgimiento de la polio o una pandemia. Si el gobierno deja de regular la agroindustria, los efectos sobre la salud pueden ser irreversibles.
Me gusta ser optimista y creo que la ambición de otros políticos republicanos se convertirá en el mecanismo de control y regulación de las políticas de su gobierno.
Él Dr. Carlos Aguasaco
es profesor y presidente del Departamento de Artes y Ciencias Interdisciplinarias del City College de la City University de Nueva York (CUNY). Es experto en Estudios Culturales Latinoamericanos.
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