Nacido en Baní, Cordero se crió en un ambiente donde el trabajo duro era esencial para sobrevivir. Desde los 12 años se dedicó a tareas como lavar autos y entregar mercadería a pulperías, actividades que compartía con su padre y su hermano. Sin embargo, su verdadera pasión siempre fue el béisbol. A esa misma edad, Cordero ingresó a la academia de Lenny Pimentel, donde se formó como beisbolista.
Inicialmente, Cordero jugaba como jardinero, pero fue su entrenador quien, al ver su talento, lo convirtió en lanzador. En un tiempo récord de menos de cuatro meses como lanzador, Cordero llegó a un acuerdo preliminar con varias organizaciones. Hoy, sus esfuerzos se han visto recompensados con un contrato multimillonario con los Medias Rojas de Boston, consolidándose como uno de los prospectos más prometedores del béisbol dominicano.
La historia de Christopher Cordero es una prueba de que, con dedicación, disciplina y una buena oportunidad, los sueños más grandes pueden hacerse realidad.
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