El almacenamiento en la nube se ha convertido en una opción que cada vez cuenta con más usuarios. Pagar por guardar tus archivos y tener acceso a ellos. Siempre que tengas Internet, no parece una mala opción. Reconozco que hace años que ya no utilizo soportes físicos, después de una mala experiencia que me llevó a perder el equivalente a dos años de fotografías por un error de funcionamiento. Pero, ¿merece la pena realmente pagar por el almacenamiento en la nube?
Las ventajas almacenamiento en la nube
Se ha llegado hasta aquí, y no sabes lo que es el almacenamiento en la nube te lo explico rápidamente. Consiste en guardar en internet cualquier tipo de archivo que habitualmente almacenan en un disco duro. Hay muchas compañías que ofrecen estos servicios como Google, Dropbox, Apple… Y cuentan con opciones, gratuitas de almacenamiento, limitado o bien, planes de pago.
La principal ventaja es la accesibilidad, ya que puedes tener acceso a tus archivos, desde cualquier sitio con conexión en Internet. Igualmente, si tu necesidades de almacenamiento aumentan, puedes contratar más espacio y pagar siempre por lo que necesitas.
Aunque nunca deja de repetirse el mismo mantra, que «la nube es el disco duro de otros», en este caso, una empresa, la seguridad que ofrecen suele ser bastante elevada, con sistemas de autenticación sólidos.
Además, tener el almacenamiento en la nube, permite trabajar en equipo y sincronizar esos archivos siempre que lo deseéis. También posibilita que puedas tener acceso a cualquier archivo, fotografía o documento sin necesidad de llevarlo físicamente encima. Es por esa la razón por la que no entiendo cómo hay personas que tienen toda su fototeca o buena parte de ella en el teléfono móvil en formato físico, con los riesgos que ellos supone si el teléfono se avería o es robado.
Pero no todo es tan bonito
Como todo, el almacenamiento, la nube también cuenta con una serie de desventajas. Por ejemplo, la dependencia a Internet es la que impide que puedas tener acceso a un archivo, si no cuentas con conexión. Pero creo que, principalmente, el principal problema es el coste. El modelo de suscripción hace que vayas abonando pequeños pagos de forma periódica, pero a la larga, podrías haber comprado varias unidades de almacenamiento el estado físico. Esto es algo que hay que poner en la balanza, sobre todo, si tienes contratado un plan que realmente no estás aprovechando del todo.
Finalmente, la privacidad también puede ser una cuestión algo delicada. ¿Almacenar los archivos en la nubes es tan seguro? ¿Seguro que no hay nadie que pueda ver mis archivos? En este caso, debes plantearte si la empresa que te proporciona almacenamiento, cuenta con opciones adicionales para cifrar los archivos y que solamente tú puedas verlos.
Personalmente, creo que el almacenamiento en la nube es una opción en alza y que resulta muy cómoda. Pero como todo, hay que poner en una balanza el uso que hacemos de esta opción y valorar si el coste pagado a lo largo del tiempo realmente merece la pena. Además, las unidades externas en formato sólido, han bajado su precio y bien almacenadas y tratadas. Pueden proporcionar muchos años de servicio.
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