Cada vez hay más tareas que las computadoras pueden realizar y que no requieren la intervención de trabajadores humanos. Para algunos analistas, la próxima revolución tecnológica nos liberará de las tareas más pesadaspromoverá nuestro lado creativo y nos permitirá disfrutar más y mejor de nuestro tiempo. Para otros, estamos al borde de una crisis global sin precedentes.causada por una automatización desenfrenada, en la que se perderán cientos de millones de puestos de trabajo de todo tipo y aumentarán las diferencias sociales.
Aunque desde hace un tiempo los líderes de las principales potencias económicas piden consejo sobre los efectos y consecuencias que tendrá la inteligencia artificial (IA) y su implementación en todo tipo de procesos, la aparición de este tema en la calle, en las reuniones de amigos y conversaciones familiares es bastante reciente. Una de las principales preguntas que nos hacemos en torno a las cervezas es esta: ¿Los robots nos quitarán el trabajo?
Pero, según diferentes estudios, la pregunta principal quizás debería ser la siguiente: ¿Cuándo harán los robots todo nuestro trabajo?
Estamos en los albores de una nueva revolución, y esta situación, la de encontrarse inevitablemente caminando hacia algo de consecuencias desconocidas, siempre produce malestar. Desde Revolución industrial, La población mundial no estaba enfrentando un proceso en el que sabemos cómo comienza –de hecho, ya estamos experimentando algunos de los efectos de la implementación de la automatización– pero no cómo termina.
Aun así, parece que, en principio, debemos ser optimistas en nuestras expectativas. Es posible que los robots acabarán ocupando casi la totalidad de los perfiles laborales actuales, pero esto no significa necesariamente que los humanos vayamos a quedarnos sin medios para afrontar nuestra vida diaria.
Actualmente, el inteligencia artificial Se centra en áreas como simuladores estratégicos, traducción de idiomas, vehículos autónomos y reconocimiento de imágenes. También está detrás de muchos servicios comerciales, como la planificación de viajes, Sistemas de recomendación para compras online y anuncios personalizados. que aparecen mientras navegamos por Internet.
Además, estás encontrando Aplicaciones importantes en diagnóstico médico, educación e investigación.. Se puede decir que, hasta ahora, esta tecnología nos ha traído beneficios sociales y ha contribuido a revitalizar la economía.
Pero esta es sólo la primera fase de su desarrollo. La inteligencia artificial que hoy nos ayuda en diferentes tareas se conoce como IA algorítmica. A medio plazo, la llamada IA autónoma será capaz de comportarse como nosotros y presentará, al menos, nuestras mismas capacidades cognitivas. Por supuesto, analizará datos y tomará decisiones con mucha mayor precisión, rapidez y seguridad.
Sin embargo, todavía tardará en llegar. Y también lo hará de forma paulatina. Cuando se inventó la máquina de vapor, los más imaginativos ya adivinaban un futuro en el que viajaríamos en artilugios que nos transportarían rápidamente de un lugar a otro. Sin embargo, aunque podría ser más o menos obvio que tal cosa acabaría ocurriendo, el carro de caballos siguió existiendo durante mucho tiempo y, con él, los carreteros, los leñadores, los criadores y cuidadores de caballos, los herreros, los veterinarios. , fabricantes de aperos y sillines… De hecho, estas actividades aún persisten hoy, aunque en mucha menor medida que en el siglo XIX. Lo mismo sucederá cuando se implemente la IA.
En un reciente informe que tiene en cuenta veintisiete países de la OCDE, más Rusia y Singapur, expertos de la consultora PricewaterhouseCoopers afirman que Esto no tendrá un impacto significativo en el mercado laboral hasta después de 2030. Por ejemplo, a principios de la década de 2020, sólo el 3% de los puestos de trabajo en España podrían verse amenazados por la automatización. Sin embargo, unos años más tarde, ese porcentaje aumentará rápidamente, hasta el 21%, y alcanzará el 34% a partir de 2030. Y esto es, por así decirlo, pasado mañana. Será entonces cuando comenzará la mencionada fase autónoma de la IA: comenzará a hacerse cargo de tareas que requieran ciertas habilidades manuales y resolución de problemas en el acto.
La economía y la política, en su sentido más amplio, determinarán hasta qué punto se pondrán en práctica las soluciones que ofrece esta tecnología. De este modo, En los países donde tiene mayor peso la industria, sector en el que es más fácil automatizar procesos, el porcentaje de empleos en riesgo será mayor.
Se estima que en Eslovaquia es del 44%; 39% en Italia; y el 37% en Alemania. En otros países, Donde la actividad está más concentrada en el sector servicios, como en Francia y el Reino Unido, la proporción de empleos en riesgo será del 37% y el 30%. respectivamente. En el norte de Europa, el fenómeno será más moderado: en Finlandia rondará el 22% y en Suecia y Noruega, el 25%.
En España, el impacto de la implantación de la inteligencia artificial autónoma será más notorio en los hombres, con un 39% de los posiblemente afectados frente al 28% de las mujeres. Asimismo, mientras El 14% de los estudiantes universitarios estarían en riesgo de perder su empleo debido a la automatizaciónesto podría adelantarse a la El 44% de personas sin estudios o con formación básica.
Nuestras vidas cambiarán y es probable que todo esto suceda dentro de la generación actual. A partir de este momento, Tenemos poco más de una década para moldear nuestro perfil laboral y adquirir habilidades que nos den cierta ventaja cuando se trata de defender nuestros puestos de trabajo contra la eficiencia robótica. Los principales estudios coinciden en destacar tres áreas en las que la IA todavía tardará en alcanzarnos: la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico y la creatividad.
es cierto que Los sistemas de inteligencia artificial son capaces de abordar cuestiones que van más allá de nuestras capacidades.pero muchas de las situaciones que se presentan cada día son difíciles de definir o clasificar; En ellos, los matices pueden acabar siendo tanto o más importantes que la propia cuestión principal. Por ejemplo, ¿cómo podría una IA asignar a nuestros familiares su lugar en una comida navideña? Necesitaría los datos de todos los comensales –incluidos los cuñados–, su perfil psicológico, social y laboral, los eventos anteriores a los que han asistido, qué bebieron… Y aun así acabaría habiendo algunos discusión durante la comida.
Cuando la resolución de problemas necesita abarcar múltiples aspectos o si estos no están completamente definidos, los humanos pueden sumergirse más fácilmente en sus conocimientos previos para encontrar una solución.
Los humanos todavía pueden conectar, interpretar e imaginar conceptos en un mundo lleno de ambigüedades. y matices mucho mejor que las máquinas. Por ejemplo, un anunciante puede crear eslóganes afortunados, como “La chispa de la vida” o “Hazlo”que los consumidores recuerdan y asocian con una marca. Una IA no podrá explicar por qué ocurren cosas así y mucho menos podrá idearlas.
Finalmente, siempre podemos recurrir a nuestro lado creativo. La creatividad requiere un grado de aleatoriedad e intuición que la inteligencia artificial aún no puede imitar. ¿Por qué el arquitecto optó por aplicar una determinada inclinación a una fachada y no a otra? ¿Por qué el músico improvisó tocando un acorde desafinado pero que sonaba fenomenal?
Es muy difícil explicar los porqués a una computadora. En pocas palabras, gracias a nuestra creatividad conseguimos dar con soluciones que en principio no siguen ninguna lógica aparente y, al mismo tiempo, obtenemos resultados que agradan a los demás y, en definitiva, funcionan.
La gestión de la Relaciones personales, negociación y coordinación de equipos. Estas son tareas que la IA todavía tardará mucho en asumir. Aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar el nivel de desarrollo necesario para convencer a un niño de que tiene que comer la sopa.
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