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Hallazgo asombroso en Brasil que reescribe la historia ecológica del continente: descubren antiguas "autopistas naturales" que conectan la Amazonia con la Mata Atlántica


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La Amazonia no deja de sorprendernos. Esta vez nos vamos a los bosques de Brasil, que han sido objeto de fascinación durante siglos. Un descubrimiento reciente ha revelado una red oculta de “autopistas naturales” que conecta la Amazonia con la Mata Atlántica, también conocido como Bosque Atlántico. Siempre se había creído que estos dos ecosistemas estaban separados por la extensa zona seca del Cerrado y la Caatinga, lo que dificultaba el intercambio de especies entre ellos. Sin embargo, una investigación liderada por el Royal Botanic Garden Edinburgh y la Universidad de Exeter ha demostrado que las especies arbóreas han viajado de manera constante entre ambos bosques a lo largo de millones de años, gracias a corredores formados por bosques ribereños.

El estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B, se centró en el análisis genético de árboles del género Inga, ampliamente distribuido en América Latina. Mediante técnicas de secuenciación de ADN, los investigadores rastrearon los patrones de migración de estas especies y encontraron evidencia de al menos 16 a 20 eventos de dispersión desde la Amazonia hacia la Mata Atlántica. Curiosamente, en la dirección opuesta, solo se identificaron uno o dos casos. Este hallazgo desafía las teorías previas sobre la biogeografía sudamericana y resalta la importancia de conservar los bosques ribereños, que han facilitado estos movimientos a lo largo de la historia evolutiva de la región.

Una conexión biológica inesperada

Históricamente, la hipótesis dominante sugería que las especies de árboles solo podían cruzar entre la Amazonia y la Mata Atlántica durante períodos de clima húmedo, cuando la vegetación se expandía y conectaba ambas regiones. Sin embargo, el nuevo estudio demuestra que el intercambio ha sido continuo, sin depender de cambios climáticos específicos.

El investigador principal, Dr. James Nicholls, explicó: “En lugar de encontrar que las especies solo se intercambiaban en períodos más húmedos del pasado, descubrimos que la dispersión ha ocurrido de manera constante a lo largo del tiempo”​. Esta conclusión se basa en la reconstrucción del árbol genealógico de 164 especies de Inga, lo que permitió identificar el momento en que cada especie se separó de sus ancestros y colonizó nuevos territorios.

La clave de este fenómeno radica en los bosques ribereños, que funcionan como corredores naturales a lo largo de los ríos que atraviesan el Cerrado y otras zonas secas. Estos bosques proporcionan hábitats húmedos y sombreados, permitiendo que las semillas de especies amazónicas germinen y se propaguen hacia el la Mata Atlántica sin interrupciones drásticas.

Mapa de los principales biomas latinoamericanos mostrando la distribución disjunta de los bosques tropicales húmedos y la diagonal seca, junto con los registros de ocurrencia de Inga y las rutas propuestas de conexión histórica o actual entre Amazonia y Mata Atlantica. Fuente: The Royal Society

El papel de los árboles del género Inga

El género Inga fue elegido como modelo de estudio porque sus especies se encuentran tanto en la Amazonia como en la Mata Atlántica. Son árboles característicos de los bosques húmedos y no pueden sobrevivir en ambientes secos, lo que hacía difícil explicar su presencia en ambas regiones sin una conexión intermedia.

Mediante un análisis genético detallado, los científicos lograron rastrear la historia evolutiva de Inga y confirmaron que la mayoría de los linajes actuales en la Mata Atlántica provienen de la Amazonia. No obstante, solo uno o dos eventos de migración ocurrieron en sentido inverso, lo que sugiere que la Amazonia ha funcionado históricamente como la principal fuente de biodiversidad para la región atlántica.

Por otra parte, se descubrió que las semillas de Inga dependen de la dispersión por primates y otros mamíferos, lo que también pudo haber facilitado el movimiento de estas especies a lo largo de los corredores ribereños. Este mecanismo de dispersión confirma la importancia de conservar estos hábitats para asegurar la continuidad de los ecosistemas.

Características biológicas y adaptaciones a bosques húmedos del género Inga, incluyendo flores, semillas, y hábitats ribereños clave para su dispersión y supervivencia. Fuente: The Royal Society

Implicaciones para la conservación

Los resultados de este estudio refuerzan la necesidad de proteger los bosques ribereños de Brasil, que han sido clave en la conectividad ecológica de Sudamérica. Aunque estos bosques están protegidos por la legislación brasileña, enfrentan amenazas constantes debido a la expansión agrícola y la deforestación.

El profesor Toby Pennington, coautor del estudio, subrayó: “Esta protección legal y los esfuerzos para preservar estos bosques ribereños son altamente valiosos para la conectividad del hábitat a largo plazo”​. De hecho, la preservación de estos corredores biológicos no solo beneficia a las especies arbóreas, sino que también desempeña un papel esencial en la regulación del clima y la conservación de la biodiversidad en general.

Actualmente, solo el 20% de la Mata Atlántica permanece intacto, lo que resalta la urgencia de implementar políticas efectivas para su conservación. Este estudio demuestra que no basta con proteger los bosques de manera aislada, sino que es crucial mantener las conexiones entre ellos para garantizar la supervivencia de las especies a largo plazo.

Un cambio en la visión de la biogeografía sudamericana

Este descubrimiento va en contra de una idea ampliamente aceptada en biogeografía: que la dispersión de especies entre la Amazonia y la Mata Atlántica ocurrió en momentos específicos de la historia, cuando las condiciones climáticas lo permitieron. En cambio, la evidencia genética sugiere que la migración ha sido un proceso constante, impulsado por la presencia de bosques ribereños que han servido de puentes naturales.

Este estudio abre nuevas preguntas sobre la dinámica de los ecosistemas tropicales y plantea la posibilidad de que otros grupos de plantas y animales hayan seguido rutas similares en su expansión por el continente. A medida que avanzan las investigaciones, es probable que se descubran más ejemplos de especies que han aprovechado estos corredores ecológicos para moverse a través de Sudamérica.

Vista aérea que ilustra una transición imaginaria entre ecosistemas, con ríos serpenteantes que actúan como corredores naturales en el paisaje. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.

¿Qué diferencia hay entre Amazonia y Amazonas?

Aunque los términos Amazonia y Amazonas suelen usarse indistintamente, tienen significados distintos. Amazonia hace referencia a la gran región de selva tropical que se extiende por varios países de América del Sur, incluyendo Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Surinam y Guayana Francesa. Es el bosque tropical más grande del mundo y un punto clave de biodiversidad.

Por otro lado, Amazonas puede referirse a diferentes divisiones políticas y geográficas. En Brasil, es el nombre del estado más grande del país, cuya capital es Manaos y que alberga una parte significativa de la selva amazónica. También hay regiones llamadas Amazonas en otros países, como el departamento de Amazonas en Colombia y en Perú. Además, el nombre Amazonas se usa para el río Amazonas, el más caudaloso del mundo, que recorre gran parte de la Amazonia.

En el contexto del estudio sobre las “autopistas naturales” que conectan bosques, el término más adecuado es Amazonia, es el que hemos usado, ya que se refiere a la vasta selva que sirve como origen de la migración de especies hacia el la Mata Atlántica.




Fuente :MuyInteresante.com

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