Es una empresa pequeña para los estándares chinos con unos 400 trabajadores en la provincia de Zhejiang. Pero no son los únicos que sufren las consecuencias de esta guerra comercial.
“Trump es un loco”, dice Lionel Xu, rodeado de kits de repelentes de mosquitos de su empresa que durante tiempo fueron superventas en las tiendas Walmart de Estados Unidos.
Ahora esos productos hechos en China están apilados en cajas en un almacén y seguirán allí a menos que el presidente Donald Trump levante los aranceles del 145% impuestos sobre los productos del país asiático que se exportan a Estados Unidos.