back to top
miércoles, enero 8, 2025

Cuando el yo se enfrenta a su reflejo oscuro con un doppelgänger

- Advertisement -

En la Europa medieval, marcada por la superstición y el miedo, creencia en el doble estaba entrelazado con acusaciones de brujería. Se creía que las brujas, en su pacto con el diablo, podían enviar a sus dobles a cometer actos malvados, sembrando caos y discordia en las comunidades. Esta idea, alimentada por el miedo a lo desconocido, dio lugar a innumerables acusaciones y condenas injustas, donde la sombra de una duda era suficiente para enviar a una mujer a la hoguera. Esta asociación entre brujas y doppelgängers generó un clima de paranoia y miedodonde la sombra de una duda puede ser suficiente para condenar a muerte a una persona.

El concepto del doppelgänger, un figura que representa una copia exacta o sombra de una personaha cautivado la imaginación humana desde la antigüedad. A lo largo de la historia, esta figura ha adquirido diversas connotaciones, desde un presagio de mala suerte hasta una manifestación de un alma dividida. Durante la Inquisición, la creencia en los doppelgängers se convirtió en una poderosa herramienta para perseguir a las mujeres acusadas de brujería, pero no es una idea que permaneciera en aquella época. El horror de encontrarse cara a cara con un réplica malvada de uno mismo Ha sido una fuente constante de preocupación para los seres humanos.

A pesar del valor que merece la obra del poeta Percy Bysshe Shelley (1792-1822), se ha quedado atrás del de su esposa, María Shelley (1797-1851), autor de Frankenstein o el Prometeo moderno (1818). Quizás habría tenido mayor notoriedad si no hubiera muerto prematuramente, poco antes de cumplir los treinta. Una peculiar anécdota relatada por Mary en una carta rodea la muerte del poeta inglés; Según la escritora, una semana antes de morir, Percy le dijo que había visto a una persona exactamente como él. mientras caminaba cerca de un puerto en Italia.

El otro Shelley, que parecía lánguido y melancólico, señalaba con el dedo índice el mar Mediterráneo. Poco después del encuentro, el 8 de julio de 1822, Percy se ahogó mientras navegaba en su velero. No fue el único en ver el doblete. Su amiga Jane Williams, cuyo marido acompañó a Shelley en tan fatal viaje, afirmó haber observado Dos Percy pasan por su ventana.

Una experiencia similar tuvo Reina Isabel I de Inglaterra (1533-1603). Se dice que en su palacio de Richmond, cerca del río Támesis, donde se había retirado a descansar, Conoció a otra mujer exactamente igual a ella. Según el relato de la reina, ella yacía en su cama, inmóvil y pálida como un cadáver. Desde ese momento hasta su muerte, que llegaría poco después, la anciana se negó a acostarse en su cama.

William Wilson y su doppelgänger, en el cuento de Edgar Allan Poe (ilustración de Arthur Rackham)

En la mitología universal, lo que Shelley y Isabel I que supuestamente vieron se conoce como doppelgänger, palabra que proviene del alemán doble‘doble’, y caminante‘caminando’. Esta entidad, que proviene de las tradiciones germánicas, es el rostro oscuro y fantasmal de una persona viva. Así como todos tenemos una sombra, también tenemos un doppelgänger o doble. Esto se ha visto de diferentes maneras. Para algunos es un reflejo en el espejo que se mueve por iniciativa propia; Para otros, es un gemelo malvado de carne y hueso o una sombra dotada de voluntad en la que se contiene lo peor del individuo al que pertenece. Es, por así decirlo, ese otro yo que nunca se muestra a nadie, a veces ni siquiera a nosotros mismos.

Según el “Enciclopedia de cosas que nunca existieron”por Robert Ingpen y Michael Page, Esta criatura siempre está ligada a nosotros, Nos sigue e imita cada uno de nuestros movimientos. A veces, cuando estamos solos y empezamos a hablar, ella es quien nos responde, imprimiendo sus respuestas en nuestra mente.

Sin embargo, aunque para algunos esta figura del doble espectral pueda resultar curiosa, El que aparece frente a nosotros contiene una naturaleza terrible, Porque dentro de ese rostro familiar hay un presagio de muerte. De ahí que la leyenda diga que quien tenga la desgracia de verse en persona pronto abandonará el reino de los vivos.

Para muchos, el doppelgänger forma parte de ese grupo de criaturas fantásticas cuyos orígenes se pierden en el tiempo. En parte es así. Desde la Antigüedad, la cultura universal ha coqueteado con el concepto de alter egos o espíritus dobles, ya sea en forma de sombras, reflejos en el espejo o gemelos. Respecto a esto último, por ejemplo, el nacimiento de dos hermanos similares o idéntico ha estado cargado de todo tipo de simbolismo.

Prueba de ello es su papel en mitos y leyendas, donde eran vistos como fuerzas simétricas cuyo objetivo era mantener el equilibrio natural. Su papel como opuestos que se reflejan y luchan entre sí (como es el caso de la enemistad de los los gemelos Rómulo y Remo de la mitología romana), que encarna una especie de dicotomía entre el bien y el mal.

La sombra es otro motivo vinculado al doppelgänger. Aunque inicialmente fue visto como una representación del alma, posteriormente adquirió todo tipo de connotaciones negativas por su conexión con la oscuridad. Él Platón, filósofo griego (427-347 aC) lo describió como “un doble terrible del ser humano, una imitación de la esencia de las cosas.” Sin embargo, a pesar de ser una contraparte peligrosa, por su carácter siniestro y que puede tener o no cierta autonomía, la sombra también fue concebida como necesaria e inseparable de la persona; es decir, una manifestación del otro yo sin el cual estaríamos incompletos como individuos.

A diferencia de esta imagen, el verdadero origen del doppelgänger, o al menos su nombre, es relativamente reciente. El término fue inventado por el escritor alemán. Juan Pablo (1763-1825), quien lo utilizó por primera vez en su novela romántica “Siebenkäs” (1796). En él definió dicha palabra como “aquellos que se ven a sí mismos”.

Fue entonces cuando el mundo descubre el verdadero significado y horror que causa esta criatura, y cambiar por completo las características del doble gestionado hasta ese momento. Anteriormente, el uso de la similitud física de dos personas quedaba en el ámbito del humor, por ejemplo en las famosas comedias de situación, donde las tramas generalmente giraban en torno a un error, que bien podría ser la suplantación de una persona. carácter por otro debido a su parecido físico.

El concepto de doppelgänger, esa figura espectral que representa una copia exacta o sombra de una persona, ha ido evolucionando a lo largo de la historia. En la literatura, este doble siniestro se ha convertido en un arquetipo recurrente que encarna nuestros miedos más profundos: la pérdida de identidad, la dualidad del alma y la presencia de un mal latente. Desde las sombras de las novelas góticas hasta los laberintos de la mente en la ciencia ficción, el doppelgänger se ha utilizado para explorar los límites de la psique humana y los confines de la realidad.

Fueron sobre todo algunos autores del movimiento romántico de los siglos XVIII y XIX quienes explotaron los aspectos más oscuros y siniestros del alter ego. ETA Hoffman (1776-1822), contemporáneo de Juan PabloFue uno de los primeros en inspirarse en el nuevo concepto del doppelgänger para escribir su novela “Los elixires del diablo” (1816), en la que cuenta la historia de un monje deshonesto asediado por su doble. Le seguiría una lista enorme de escritores. entre ellos Édgar Allan Poe, quien abordaría el tema en su cuento “William Wilson” (1839); Fiódor Dostoyevski crearía su obra “El Doble” (1846); y Hans Christian Andersenlo que aportaría el cuento “La Sombra” (1847), por mencionar algunos.

Si bien el parecido físico es una de las características del doppelgänger, entre las obras más conocidas que reflejan este tema se encuentran “El retrato de Dorian Gray” (1890), de Óscar Wilde; y “El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde” (1886), de Robert Luis Stevenson. En ellos, aunque los personajes se diferencian físicamente de sus dobles, estos últimos muestran la naturaleza real, oscura y terrible del protagonista.

El doppelgänger es un tema recurrente en la literatura, pero también cautivador en el cine. Su Naturaleza enigmática y su capacidad para explorar las profundidades de la psique humana. Lo convierten en un recurso narrativo inagotable.

películas como “El resplandor” de Stanley Kubrick o “El otro yo” de Adrian Lyne Han explorado con maestría la figura del doppelgänger. En estas películas, el doble no sólo representa una amenaza externa, sino también una manifestación de los conflictos internos del protagonista. La pantalla arrastra al espectador a un laberinto de identidades, desdibujando la realidad y haciendo que la línea entre uno mismo y el otro sea cada vez más borrosa.

El cine de terror ha aprovechado el doppelgänger para generar tensión y suspenso, mientras que el cine psicológico lo ha utilizado para analizar las complejidades de la mente humana. Películas como “Cisne Negro” o “Split” han llevado el concepto de doble al extremo, explorando los trastornos de la personalidad y las múltiples facetas que pueden coexistir dentro de un mismo individuo.

Otro aspecto que contribuyó a dar mayor profundidad a la figura del doppelgänger, según la doctora en Filología Hispánica Rebeca Martínde la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​fue la llegada del psicoanálisis de Sigmund Freud a finales del siglo XIX. En este contexto, los aspectos inconscientes y reprimidos del individuo toman forma en el otro yo. Una señal inquietante de que hay facetas de nosotros que no conocemos, que quizás ni siquiera imaginamos.


Fuente Informativa

- Advertisement -

Comparte el Post:

Las Calientes

Artículos Relacionados
Related