En lo profundo de las montañas del Cáucaso, donde Europa y Asia se encuentran en un crisol de culturas e historia, se encuentra un gigante olvidado: una fortaleza que, con más de tres milenios de antigüedad, desafía las nociones tradicionales sobre los asentamientos prehistóricos. conocido como Dmanisis Goraesta estructura monumental emerge como una de las construcciones más enigmáticas de la Edad del Bronce tardía, destacando no sólo por su tamaño, sino también por los misterios que encierra.
La investigación sobre este coloso comenzó en 2018, pero Los resultados más recientes han arrojado luz sobre un conjunto de características que transforman nuestra comprensión del pasado. Utilizando tecnología de punta, como drones de alta precisión, los arqueólogos han revelado un complejo que es 40 veces mayor de lo estimado inicialmente. Sin embargo, la función exacta de esta mega fortaleza sigue siendo un enigma que desconcierta a los expertos.
Dmanisis Gora está situada en una posición estratégica entre dos profundos desfiladeros, un lugar ideal para la construcción de una fortaleza destinada a la defensa. Sin embargo, su enorme tamaño, con una superficie que supera las 80 hectáreas, lo sitúa en una categoría única en el contexto de los asentamientos fortificados de la Cáucaso. Este tipo de construcciones aparecieron entre los años 1500 y 500 a.C., en una época en la que la región era un cruce de caminos entre civilizaciones que conectaban Europa, la estepa euroasiática y Oriente Medio.
Lo que hace particularmente fascinante a Dmanisis Gora es su sistema defensivo, compuesto por un núcleo interno protegido por dos gruesos muros de piedra sin argamasa, complementado por un muro externo de más de un kilómetro de longitud.. Ambos sistemas se construyeron simultáneamente, lo que sugiere que el sitio fue concebido como un único conjunto, diseñado para albergar tanto la fortaleza principal como un extenso asentamiento en su entorno.
A pesar de esta colosal infraestructura, las investigaciones han revelado algo desconcertante: el área exterior de la fortaleza muestra una notable escasez de objetos arqueológicos, lo que plantea interrogantes fundamentales sobre su propósito y la naturaleza de su ocupación.
Una de las hipótesis más intrigantes sugiere que Dmanisis Gora no era un asentamiento permanente, sino más bien un espacio utilizado estacionalmente. La región en la que se ubica es conocida por su importancia histórica como corredor de grupos de pastores que practicaban la trashumancia, moviéndose entre pastos de verano e invierno. Los expertos creen que el asentamiento exterior podría haber servido como punto de encuentro y refugio temporal durante estos movimientos.
Esta teoría también ayuda a explicar la escasez de restos materiales en la zona. Es posible que los grupos que ocuparon el sitio hayan dejado poca evidencia debido a la naturaleza transitoria de su presencia. Sin embargo, esto no resta importancia al esfuerzo invertido en su construcción. Los muros ciclópeos y las estructuras de piedra son testimonio de la importancia estratégica de este lugar en el panorama social y político de la época.
El redescubrimiento de Dmanisis Gora ha sido posible gracias al uso de drones equipados con cámaras de alta resolución y sistemas de posicionamiento milimétrico. Estas herramientas permitieron a los investigadores mapear todo el sitio y obtener imágenes detalladas de las estructuras que permanecían ocultas bajo capas de vegetación y sedimentos.
Uno de los aspectos más innovadores de este proyecto ha sido la comparación de imágenes de drones con fotografías de satélite tomadas durante la Guerra Fría. Este enfoque ha permitido identificar cambios en el paisaje y evaluar el impacto de la agricultura moderna en estructuras antiguas. Además, la integración de datos en sistemas de información geográfica (SIG) ha facilitado la identificación de patrones en la distribución de muros, tumbas y áreas de cultivo.
El caso de Dmanisis Gora desafía las definiciones tradicionales de urbanismo en el mundo antiguo. Si bien las ciudades a menudo se asocian con densidad de población y complejidad organizacional, este sitio plantea la posibilidad de formas alternativas de asentamiento. Su enorme tamaño y su sofisticado diseño sugieren una sociedad capaz de movilizar recursos y mano de obra en una escala impresionante, incluso si su ocupación fuera episódica.
Los investigadores también están explorando cómo se relaciona esta fortaleza con otras de la región y si podría haber servido como nodo en una red más amplia de asentamientos. La evidencia preliminar indica que Dmanisis Gora podría haber jugado un papel destacado en la dinámica de interacción entre comunidades sedentarias y nómadas, facilitando el intercambio de bienes y conocimientos en un entorno culturalmente diverso.
Aunque aún queda mucho por descubrir, el trabajo realizado hasta ahora ha abierto nuevas perspectivas sobre la vida en el Cáucaso durante el Edad del Bronce y el comienzo de la Edad del Hierro. Los miles de fragmentos de cerámica, huesos de animales y otros artefactos recuperados en excavaciones recientes prometen arrojar luz sobre las prácticas agrícolas, las dietas y las relaciones sociales de quienes construyeron y utilizaron esta mega fortaleza.
Dmanisis Gora no es sólo un monumento a la capacidad humana para transformar el paisaje, sino también una ventana a un pasado que aún nos sorprende por su complejidad y creatividad. En las montañas del Cáucaso, esta fortaleza olvidada nos invita a repensar nuestras ideas sobre las civilizaciones antiguas y el legado que dejaron.
Referencias:
Fuente Informativa