La limpieza de las sartenes en la cocina puede llegar a convertirse en un gran dolor de cabeza, sobre todo si las sartenes son de las que pegan los alimentos. Hoy en día existen decenas de trucos que podemos utilizar para eliminar esta suciedad, sin embargo, los trucos de las abuelas siempre serán los mejores. Así que si tu abuela no te ha dado ningún truco, sigue leyendo que te muestro los de la mía.
Si hay algo que me saca de quicio después de cocinar es enfrentarme a los cacharros sucios, sobre todo cuando toca lidiar con ollas y sartenes llenas de grasa que parece pegada con cemento del bueno. Pero tranquilo, que no hace falta que te dejes el sueldo en sprays milagrosos ni que acabes con agujetas de tanto tallar. Las abuelas siempre tienen la solución, y estos trucos de toda la vida son como magia barata que te saca del apuro sin despeinarte. Aquí te cuento cómo dejarlo todo niquelado sin volverte loca.
Agua caliente y bicarbonato: la combinación ganadora
Antes de ponerte a frotar como si estuvieras en un gimnasio, que vamos, tampoco viene mal si no tienes tiempo de ir, prueba este truco que es más fácil que pelar un plátano. Llena la sartén o la olla con agua caliente y échale una cucharada de bicarbonato de sodio, ese polvito blanco que parece de bruja buena. Déjalo reposar de 5 a 10 minutos para que la grasa se rinda sin pelea, y luego pasa una esponja normalita. ¡Zas! Verás cómo se va la porquería sin que tengas que sudar la camiseta.
Si la grasa se pone cabezona, mételes unas gotitas de vinagre blanco al bicarbonato y flipa con las burbujitas que hacen el trabajo por ti. Espera un rato, enjuaga con agua caliente y dile “hasta nunca” a esa capa pegajosa.
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