Gracias a sus múltiples propiedades, esta fruta es una opción ideal para incluir en la dieta durante todo el año. Su bajo aporte calórico, su capacidad para hidratarse y su riqueza en vitaminas lo convierten en un aliado indispensable para la salud.
Un perfil nutricional que destaca
El melón es mayoritariamente agua, ya que está compuesto en un 90% por este líquido esencial. Además, contiene sólo un 6% de azúcares, lo que lo convierte en una opción perfecta para personas que buscan controlar su peso o que necesitan cuidar su nivel de glucosa en sangre.
Según la Fundación Española del Corazón, “se recomienda su consumo en dietas de control de peso por su bajo valor calórico y su importante aporte de fibra necesaria para regular la función intestinal”.
Entre sus beneficios más destacables está su contenido en vitamina C, que alcanza el 50% de la cantidad diaria recomendada en tan solo 100 gramos de pulpa. Esta vitamina no sólo ayuda a prevenir infecciones, sino que también es esencial para la cicatrización de heridas.
También contiene vitamina A, que juega un papel esencial en la preservación de la visión, la salud de la piel y el cabello, además de ser clave para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, según la Fundación Española del Corazón.
Además, según la misma entidad española, la pulpa de melón también se puede utilizar como tratamiento facial para calmar y tonificar la piel, ya que elimina impurezas y combate las manchas y el acné.
Un aliado para el corazón y el sistema nervioso
El melón es mucho más que una fruta dulce y refrescante. Su contenido en adenosina, sustancia con efecto anticoagulante, puede ayudar a prevenir problemas cardiovasculares como trombosis, angina de pecho o infartos cerebrales.
Por otro lado, sus Vitaminas del grupo B tienen un efecto relajante sobre el sistema nervioso, por lo que ayuda a calmar la mente y mejora el sueño, según la Fundación Española del Corazón. Esto convierte al melón en un alimento ideal para quienes buscan combatir el insomnio o reducir el estrés.
Propiedades diuréticas y rehidratantes.
Una de las características más apreciadas del melón es su capacidad diurética. Su alto contenido en agua, sumado a la presencia de potasio, lo convierte en un diurético natural que favorece la eliminación de líquidos y toxinas del organismo.
Esto es especialmente útil para quienes padecen problemas de retención de líquidos o hipertensión. Además, esta fruta es una excelente opción para rehidratar el organismo en situaciones de pérdida de líquidos, como exceso de sudoración, estados febriles o diarreas veraniegas.
Al consumir melón también se obtienen minerales esenciales como calcio, magnesio, fósforo y hierro, que ayudan a mantener un equilibrio saludable en el organismo.
Cómo elegir y conservar el melón
Para disfrutar de todo el sabor y beneficios del melón es importante saber elegirlo bien. Según los expertos, un buen melón debe ser pesado, tener la piel dura, sin marcas ni magulladuras y desprender un aroma dulce.
Una vez abierto, el melón debe conservarse en el frigorífico y envuelto en un film o dentro de un recipiente hermético, ya que tiene la capacidad de absorber olores de otros alimentos.
Usos versátiles en la cocina
El melón es increíblemente versátil en la cocina. Se puede utilizar en platos dulces como macedonias, mermeladas y sorbetes, o incluso en recetas saladas, combinando con jamón o queso para crear entradas refrescantes y originales.
Ensalada de melón fresco con jamón crudo y rúcula
Corta el melón en dados y combínalo con trozos de jamón crudo, rúcula fresca y un toque de queso parmesano rallado. Se puede condimentar con aceite de oliva, vinagre balsámico y una pizca de pimienta negra. Este plato es perfecto como entrada ligera y sofisticada.
Brochetas de melón con mozzarella y albahaca
Construya brochetas alternando trozos de melón, otros de mozzarella fresca y hojas de albahaca. Rocíe con aceite de oliva y sal marina. Estas brochetas son ideales como snack para reuniones o como snack saludable.
Batido licuado o de melón y jengibre
Mezclar trozos de melón maduro con un poco de jengibre fresco rallado, zumo de limón y yogur natural. Endulza al gusto con miel (puede ser stevia o azúcar) y agrega unos cubitos de hielo para lograr una bebida fresca y cremosa. Es perfecto como desayuno o merienda saludable y revitalizante.
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