Piensos especiales, piensos ricos en proteínas o sin cereales, comida natural, dieta BARF, comida casera para perros… Con tantas opciones disponibles para alimentar a tu perro es normal que surjan dudas a la hora de elegir qué comida es la más adecuada.
¿Cómo debe ser la alimentación de un perro?
Ya sabemos que los perros por naturaleza son carnívoros, al igual que los lobos. Sin embargo, debido a su domesticación y convivencia en nuestros hogares, han variado su alimentación. Ya no necesitan salir a cazar y se han acostumbrado también a más tipos de comida con tendencia hacia una alimentación más omnívora. No obstante, aunque los perros ya no son carnívoros exclusivamente, sí que requieren proteína animal en la base de su alimentación y debes procurar que reciba la cantidad adecuada. Además de la carne, los perros pueden consumir otras proteínas de origen animal, como es el caso del pescado o el huevo.
En la dieta de tu perro también debes incluir un aporte adecuado de grasa y, en menor cuantía, también necesita hidratos de carbono y fibra, que puedes conseguir a través de alimentos vegetales.
No olvides facilitar agua a tu perro para lograr una correcta hidratación y evitar problemas de estreñimiento.
Para facilitar la digestión de los perros, lo más recomendable es no darles toda la comida en una sola toma diaria. Es más adecuado que vayas dosificando su alimentación diaria en varias tomas para que no se hinche de golpe. Procura seguir una rutina en cuanto a los horarios y el lugar en el que come o, si no, se mostrará con cierto nerviosismo porque no sabe cuándo le toca comer.
¿Cuánta cantidad de comida necesita un perro?
Calcular la cantidad exacta de alimento y calorías que necesita un perro es algo complicado, ya que depende de varios factores:
1. Edad del perro
Dependiendo de si es cachorro, adulto o sénior, tu perro necesitará diferentes cantidades de alimento y de nutrientes. Así, el perro adulto, que realiza más actividad física que el cachorro o el sénior, necesita más proteínas.
Cuando el perro es un cachorro de menos de cuatro meses puede necesitar cuatro tomas de comida al día. Puesto que su estómago aún es muy pequeño, se sacian con poco alimento y a la vez hacen una digestión rápida, de ahí que tengan que comer poca cantidad varias veces al día. A partir de los ocho meses de edad, pueden ser necesarias tres tomas. En la edad adulta, basta con dos tomas de comida al día, y ya en edad más avanzada, con una a dos comidas al día es suficiente.
2. Tamaño y raza del perro
Como es obvio, los perros de raza grande tienen mayor gasto energético que los de raza mini o toy, y es por eso que necesitan ingerir diferentes cantidades de alimento. Pero también es necesario que el tamaño de la ración se adapte al tamaño del perro. Así, en el Centro Canino Las Almenas, dedicado a la cría de perros mini y toy, sabemos lo esencial que es dar con un pienso cuyas croquetas o bolas tengan el tamaño adecuado para que les quepa en sus bocas pequeñas y las puedan masticar bien. Ten en cuenta que, si son demasiado grandes, podrían provocarles atragantamientos. Afortunadamente, hoy en día podemos encontrar piensos de muy buena calidad para perros de razas mini o toy que nos evitan estos posibles problemas.
3. Actividad física que realiza el perro
Otra cuestión que condiciona la cantidad de alimento que precisa tu perro es la actividad física que realiza. En el caso de los perros que son tranquilos y apenas pasean o juegan durante el día, no hay que darles demasiado alimento porque no van a lograr quemar muchas calorías, por lo que podrían engordar e incluso llegar a la obesidad. En cambio, los perros que se ejercitan con más intensidad van a necesitar un aporte calórico mayor.
4. Patologías que tenga el perro
Celiaquía, obesidad, problemas digestivos o renales, diabetes, patologías en la piel o pelaje… si tu perro tiene algún problema de salud va a necesitar una alimentación adaptada a sus necesidades especiales. En el mercado puedes encontrar piensos que se ajusten a los diferentes requerimientos y patologías.
Tipos de alimentación
Ahora sí, vamos a ver cuáles son las diferentes opciones que tienes a tu alcance para alimentar a tu perro:
1. Pienso para perros
Es la alimentación más común que damos a nuestros perros. Hay que tener en cuenta que no todos los piensos tienen la misma composición ni la misma calidad ni el mismo precio.
Es muy importante que te fijes en la etiqueta del producto y compruebes que el porcentaje de proteína animal sea alto y que el de ingredientes de origen vegetal que contiene sea reducido. Cuantas más proteínas, mejor.
Pero, además del porcentaje de proteínas, hay que tener en cuenta el valor biológico de dicha proteína para que sea bien asimilada por el organismo de tu perro. Así, por ejemplo, si la proteína del pienso proviene de patas o picos de animales estamos hablando de una proteína de menor valor biológico que si proviene de otras partes, como los muslos o la pechuga.
Es cierto que en el supermercado vas a encontrar piensos muy económicos, pero si quieres asegurarte de que el que le das a tu perro es de buena calidad, conviene que recurras a tiendas especializadas en animales. Si escoges un pienso de buena calidad estarás dando a tu perro o cachorro un alimento muy completo que le aportará una cantidad adecuada de proteínas, además de cereales, algunas verduras y vitaminas y minerales.
Además de tener en cuenta las proteínas y su valor biológico, también debes valorar los tipos según su procesado y humedad que contengan.
- Alimentos secos:
Son los piensos más demandados en el mercado, aunque no por ello sean los más adecuados. Se trata de bolitas o croquetas secas que se cocinan a muy alta temperatura, por lo que apenas contienen un 10 % de humedad. Su principal ventaja es que obligan a la masticación y, con ello, se produce una limpieza de dientes. Además, al ser más lenta la ingesta, ayuda a controlar la cantidad de alimento y produce bastante saciedad.
En cambio, el mayor problema reside en que durante el proceso de cocinado a temperaturas muy altas se pierde gran cantidad de nutrientes, por lo que requieren que se complete con aporte de vitaminas y minerales para que sea una opción más completa y saludable.
- Alimentos semihúmedos:
Procesados a menor temperatura que los secos. Tienen una textura más blanda que los piensos tradicionales, por eso, gustan mucho a los perros y consiguen una mejor aceptación. Además, al tener más proporción de agua, aportan más hidratación.
- Alimentos húmedos:
Podemos considerar como alimentos húmedos las latas, tarrinas y sobres de comida que se conservan con un alto grado de humedad. Algunos de estos productos tienen la ventaja de poderse incluso cocinar en el propio envase esterilizado, lo cual confiere mayor seguridad e higiene sanitaria. Estos alimentos húmedos suelen ser más ricos en proteínas y con menos carbohidratos, por lo que son más apetecibles y sabrosos para tu perro.
2. Piensos especiales
Los piensos, además de adaptarse a las edades del perro, también se adaptan a determinadas necesidades especiales. De este modo, podemos encontrar distintos piensos, como es el caso del pienso sin cereales o grain free que, en vez de incluir cereales, lleva otras fuentes de hidratos de carbono más digeribles, como las patatas, legumbres, boniato u otras féculas. Otro ejemplo de pienso especial es el hipoalergénico, idóneo para perros con alergias alimentarias. En estos piensos encontrarás una única fuente de proteína: pavo, pollo, cordero, merluza, sardina…
3. Dieta BARF
La dieta BARF es otro tipo de alimentación basada en productos que no han sido sometidos a tratamientos térmicos. BARF responde a las siglas de bone and raw food, es decir, «huesos y comida cruda» y, precisamente, este es el objetivo de esta dieta que persigue una alimentación más natural, como la que se daba antaño a los perros. Sin embargo, se trata de una dieta muy desaconsejada por los profesionales.
Es necesario tener en cuenta que la alimentación con carne cruda conlleva riesgos nutricionales y sanitarios. Por un lado, el consumo de huesos puede provocar la rotura de un diente, estreñimiento o incluso una perforación intestinal o estomacal. Pero, además, la ingesta de carne sin cocinar también expone al perro, y al resto de la familia, al riesgo de ingerir patógenos como la salmonela o toxoplasma, entre otros. Estos microorganismos normalmente se eliminan al cocinar la carne antes de consumirla.
4. Comida casera
Para muchas personas, la comida casera es la mejor opción de alimentación canina exenta de conservantes, colorantes o saborizantes. Pero la comida casera para perros también tiene sus inconvenientes, ya que si se cocina a temperaturas muy altas es posible que se pierdan en la cocción muchos de sus nutrientes.
Además, requiere que la persona tenga conocimientos de nutrición para conseguir que el perro reciba una alimentación correcta y completa. Ten en cuenta que su alimentación y necesidades nutricionales son diferentes a las que nosotros tenemos, por eso no debe ser igual que nuestra dieta.
También hay que considerar el tiempo y el espacio que son necesarios para poder cocinar y conservar por separado en el congelador la comida del perro. Esto no siempre es fácil de conseguir.
Estas son las opciones y dietas alternativas para alimentar a tu perro. Es importante que valores los pros y contras de cada una y elijas la mejor opción para ti y para tu perro. En esa decisión no te dejes llevar por las modas o tendencias, porque lo importante es que des a tu perro una dieta equilibrada con los nutrientes esenciales en la cantidad y calidad que necesita.
Alimentos prohibidos para los perros
Chocolate, café y té
La teobromina del cacao, al igual que la cafeína del té y el café, son sustancias naturales que estimulan el sistema nervioso central. En perros, incluso en dosis pequeñas, pueden causar arritmias cardiacas, convulsiones e incluso la muerte. Es por eso que no debemos dárselo y, en caso de ingesta accidental, hay provocarle el vómito cuanto antes y acudir a las urgencias.
Cebolla y ajo
Al igual que ocurre con el ajo, la cebolla contiene alicina, una sustancia que se libera tras la masticación y que provoca una lesión oxidativa. Esta lesión puede provocar anemia hemolítica, es decir, una enfermedad hepática por la que puede requerir una transfusión de sangre y, como último recurso, extirpar el bazo inflamado.
No obstante, el consumo accidental y mínimo de cebolla o de ajo no es preocupante, solo lo es si le damos estos alimentos al perro de forma continuada. Entonces es posible que tenga problemas gastrointestinales (vómitos, debilidad) e incluso ictericia en la piel.
Aguacate
Hay algunas frutas y verduras que pueden ser dañinas para los perros. Una de ellas es el aguacate. Esto se debe a su contenido en persina, una toxina que deriva de los ácidos grasos del aguacate, especialmente presente en el hueso y en las hojas, y no tanto en la carne. No obstante, es conveniente evitar que los perros consuman cualquier parte del aguacate.
Huesos cocidos
Sí, aunque creas que los huesos son un manjar para tu perro, nunca se los des cocidos. Esto se debe a que los cocinados pierden su elasticidad y se rompen formando pequeñas astillas que pueden ocasionar una obstrucción de la tráquea, lesiones, perforaciones, desgarro y muchas otras lesiones internas. En el mercado existen huesos crudos adecuadamente tratados, que son seguros para ellos.
Setas
También para los perros las setas son un alimento prohibido. Sobre todo, aquellas que pertenecen a los géneros Amanita, Lepiota y Galerina, que son mortales para ellos.
En caso de intoxicación por setas, es necesario acudir al veterinario cuanto antes porque actúan muy rápido. Es posible que muestre vómitos, babeo, diarrea, temblores, confusión, convulsiones y, en los casos más graves, un fallo multiorgánico que le puede llevar a la muerte.
Azúcar
Al igual que el azúcar es un enemigo de la dieta saludable de las personas, también lo es para los animales, ya que puede causar obesidad e incluso diabetes que, a su vez, deriva en otras complicaciones cardiovasculares, así como la pérdida de visión.
No pasa nada porque en un momento concreto el perro le dé un lametazo a un trozo de tarta, pero hay que procurar evitarlo.
Sal
Del mismo modo que ocurre con el azúcar, los perros pueden tolerar cierta cantidad de sal, pero hay que evitar el consumo excesivo. Es por eso que hay que fijarse en el etiquetado de los alimentos y evitar darle constantemente alimentos con sal.
Leche
La lactosa es un tipo de azúcar que no pueden digerir, ya que provoca mucho malestar y diarreas. Sin embargo, sí que pueden comer quesos o yogur, donde la lactosa ha sido fermentada, o beber leche sin lactosa. Por lo tanto, estos derivados lácteos son un buen suplemento de calcio y proteínas.
Fuente :MuyInteresante.com