La Unión Europea ha encendido la mecha de un conflicto que trasciende lo digital. La Comisión Europea anunció que los gigantes estadounidenses Alphabet (matriz de Google) y Apple han violado las reglas del juego en el mercado digital europeo. La acusación es directa: abuso de poder, bloqueo a la competencia y limitación de la libertad de elección de los consumidores.
Pero lo que comenzó como un procedimiento regulatorio amenaza con convertirse en una guerra comercial sin precedentes entre dos potencias económicas. La administración Trump ya ha dejado claro que responderá.
La ley contra los guardianes
Bruselas acusa formalmente a Alphabet y Apple de incumplir la Ley de Mercados Digitales (DMA), un ambicioso reglamento que busca frenar el poder de las plataformas «guardianes» y abrir espacio a la competencia. Los cargos son contundentes:
Alphabet favoreció sus propios servicios en Google Search, desplazando a los de terceros, y obstaculizó la libertad comercial de los desarrolladores en Google Play.
Apple impuso barreras técnicas y burocráticas que impiden la interoperabilidad de productos y servicios de terceros con su ecosistema iOS, limitando así la innovación y la competencia.
Multas que sacuden Wall Street
La Comisión Europea ha enviado sus conclusiones preliminares a Alphabet. La empresa tiene derecho a responder y defenderse. Si Bruselas confirma los hallazgos, podrá imponer sanciones que alcanzarían el 10% de la facturación anual mundial de las empresas.
En cifras:
Alphabet, con ingresos de 350,000 millones de dólares, enfrentaría una multa de 35,000 millones de dólares.
Apple, con ventas cercanas a los 391,000 millones, podría recibir una sanción de hasta 39,100 millones de dólares.
Además, las medidas impuestas a Apple son legalmente vinculantes y la empresa está obligada a implementarlas.
La directora antimonopolio de la Comisión, Teresa Ribera, ya había prometido aplicar la DMA con mano firme y sin concesiones. Y lo está cumpliendo.
Washington amenaza con represalias
Esta ofensiva europea no ha pasado desapercibida en Estados Unidos. La administración Trump ha dejado claro que no tolerará lo que considera un ataque directo a la supremacía tecnológica estadounidense.
El 21 de febrero, el presidente Donald Trump firmó un memorando advirtiendo que su gobierno tomará “acciones reactivas” contra cualquier país que, bajo pretexto regulatorio, imponga cargas desproporcionadas a empresas norteamericanas. Estas medidas podrían incluir nuevos aranceles a productos europeos y sanciones comerciales para contrarrestar lo que la Casa Blanca califica como «extorsión extranjera».
La hoja informativa del memorando es clara: las regulaciones como la DMA y la Ley de Servicios Digitales de la UE «serán objeto de un riguroso escrutinio» y podrían desatar una respuesta arancelaria inmediata.
Además, el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, advirtió que estas medidas europeas no solo afectan a las grandes tecnológicas, sino que también buscan exportar el modelo regulatorio europeo al resto del mundo, obligando a las empresas estadounidenses a cumplir estándares extranjeros e incluso «entregando datos sensibles a actores adversarios».
La Casa Blanca acusa a Bruselas de sofocar la innovación, castigar el éxito estadounidense y sentar un peligroso precedente para la libertad económica global.
Las tecnológicas contraatacan
Tanto Google como Apple han salido al paso, denunciando la decisión de Bruselas como una amenaza directa para la innovación, la seguridad digital y la libertad empresarial.
Google advirtió que las exigencias europeas “perjudicarán a los consumidores y empresas europeas”, comprometiendo la calidad de sus servicios y exponiendo a los usuarios a posibles fraudes y ciberataques.