Georgia, una pequeña nación del sur del Cáucaso, se ha convertido en una potencia multimillonaria en el mercado internacional de automóviles usados. La mayoría de los vehículos proceden de Estados Unidos y, según casi todos los indicios, muchos acaban en Rusia.
En las polvorientas afueras de Rustavi, una ciudad industrial a 20 kilómetros al sureste de Tbilisi, la capital de Georgia, hay una gran zona de aparcamiento al aire libre.
Con un tamaño equivalente a más de 40 campos de fútboleste espacio acumula miles de vehículos a la venta.
Aquí se puede encontrar prácticamente cualquier coche, desde Mercedes, Porsche y Jaguar hasta Toyota y, más recientemente, Tesla. Todos están aquí.
Un negocio en auge
Uno de los estacionamientos más grandes es propiedad de Caucasus Auto Import (CAI), una empresa que compra autos usados en subastas en Estados Unidos.
Generalmente estos vehículos resultaron heridos en accidentes y las compañías de seguros estadounidenses los cancelaron.
CAI dice que su “equipo de expertos” en Estados Unidos recoge los automóviles y organiza su exportación en buques portacontenedores a 10.000 kilómetros de distancia, a un puerto en la costa del Mar Negro de Georgia. Los coches averiados son reparados por mecánicos georgianos.
“Nuestra empresa ha contribuido mucho a la renovación del parque automovilístico de Georgia”, afirma David Gulashvili, director ejecutivo adjunto de CAI.
Y añade: “Cuando iniciamos nuestro negocio en 2004, la infraestructura automovilística georgiana era completamente de fabricación soviética, como Lada y Vaz”, en referencia a estas dos marcas rusas.
Asegura que su empresa, que hoy cuenta con 600 empleados, ha respondido a “una gran demanda de vehículos producidos en Occidente”.
El año pasado, Georgia importó automóviles por valor de 3.100 millones de dólares de dólares, según cifras oficiales.
Después vehículos exportados por valor de 2.100 millones de dólaresprincipalmente a las antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso y Asia Central.
De hecho, los automóviles son el segundo producto de exportación más importante de Georgia en valor monetario, después del mineral de cobre.
Cómo terminan en Rusia
En el enorme mercado de automóviles de Rustavi, los clientes curiosos buscan buenas ofertas. Cada automóvil tiene una tarjeta en el interior del parabrisas que indica su precio, tamaño del motor y fecha de fabricación.
Alisher Tezikbayev vino hasta aquí desde Kazajstán. Él y un grupo de amigos exploran la sección Toyota.
“Llevamos aproximadamente tres años y medio reexportando automóviles desde Georgia. Enviamos vehículos a Kazajstán y organizamos recorridos cuando los clientes vienen a Georgia para elegir su propio automóvil”, dice Tezikbayev, quien publica videos para sus 100.000 seguidores en Tik-Tok.
Georgia solía exportar automóviles americanos y europeos de segunda mano a su vecino del norte, Rusia, con el que comparte frontera, pero esto ahora es ilegal debido a la invasión rusa de Ucrania en 2022.
En septiembre de 2023, el Servicio Fiscal de Georgia anunció que, en consonancia con las últimas sanciones occidentales contra Rusia, restringía la reexportación y el tránsito de automóviles importados de Estados Unidos o Europa al territorio ruso y a Bielorrusia.
Los funcionarios georgianos han negado durante mucho tiempo que el país sea cómplice de ayudar a Rusia a evadir embargos comerciales.
Sin embargo, una investigación reciente de la publicación georgiana Ifacti demostró numerosos vacíos legales explotado por todo un ejército de concesionarios de automóviles a ambos lados de la frontera ruso-georgiana.
David Gulashvili asegura que su empresa ya no mantiene ningún tipo de comercio con Rusia.
“Desde el primer día de la guerra hemos restringido cualquier tipo de transacción desde Rusia, cualquier tipo de exportación a Rusia. “No verás ni un solo automóvil exportado por Caucasus Auto Import a Rusia”.
Sin embargo, explica que no existe ningún mecanismo para rastrear el destino final de automóviles reexportados a otros países.
Desde la invasión rusa de Ucrania ha habido un fuerte aumento en las exportaciones de automóviles usados a Kazajstán, Kirguistán y Armenia, todos miembros de la unión aduanera liderada por Rusia.
Esto significa que un vehículo matriculado en cualquiera de esos países puede traerse a Rusia con aranceles mínimos.
Las cifras de la agencia nacional de estadísticas de Georgia sugieren que efectivamente se están exportando vehículos a Rusia.
Precisa que en 2022 Georgia vendió 7.352 coches usados a Kazajstán, mientras que en 2023 la cifra fue 39.896, 5 veces más.
Cada vez más híbridos y eléctricos
Dejando a un lado los cálculos geopolíticos, el éxito subyacente de la industria de automóviles usados de Georgia puede explicarse por su geografía: ha acceso a Europa a través de sus puertos del Mar Negro y a Asia Central a través de Bakúen la costa del Mar Caspio del vecino Azerbaiyán.
Otro componente clave es el coste asequible de la mano de obra a la hora de reparar vehículos rescatados.
“La mayoría de las veces, restaurar automóviles dañados en Estados Unidos no tiene sentido económico”, dice Gulashvili.
Esto se debe, sostiene, “al coste de los recursos humanos, a los mucho mayores costes de mantenimiento y a los costes legales necesarios para volver a poner estos coches en circulación, un proceso que lleva mucho tiempo y es muy caro”.
“En Estados Unidos, reconstruir un automóvil y legalizarlo lleva seis meses y cuesta alrededor de 5.000 dólares. En Georgia, reparar el mismo coche cuesta $1.000 y un mes”, juicio.
En un enorme almacén en las afueras de Tbilisi, Zaza Andreashvili se inclina sobre el motor de un automóvil fijado a un soporte especial. El mecánico señala los cilindros que acaba de limpiar.
“El motor es el corazón del vehículo. En los humanos, si tu corazón deja de funcionar, mueres. Lo mismo ocurre con los coches: “Si el motor deja de funcionar, el coche se para”. reclamos.
Andreashvili repara motores de automóviles desde hace casi 30 años. “Aprendíamos con libros, en aquella época no había internet”, explica.
Se escucha un ruido metálico en la puerta al lado de su taller. Roma y su aprendiz Boris se especializan en reparación de carrocerías.
Boris está con un reparador de carrocerías arreglando el guardabarros de un coche destrozado. Roma, vestida con una camiseta marrón que dice “EE.UU.”, afirma llevar 50 años reparando vehículos.
“Mercedes tiene el mejor metal, Volvo y Toyota también son buenos, pero en algunos coches la carrocería es tan fina que parece una hoja de papel”, afirma.
Aunque la mayoría de los automóviles importados en Georgia son de gasolina y diésel, Gulashvili afirma que la demanda de vehículos eléctricos, y en particular de vehículos híbridos, está creciendo rápidamente.
“Aproximadamente el 30% de los coches que traemos ahora son híbridos. No son totalmente eléctricos, pero sí híbridos como el Toyota Prius. Su tasa de crecimiento está por las nubes, es como del 300% al 400% trimestre tras trimestre”, asevera.
El mayor mercado de reventa de Tesla, añade Gulashvili, es Ucrania, donde tiene 100 empleados.
“Es muy caro y arriesgado, pero todavía estamos intentando ampliar el negocio allí. También exportamos muchas camionetas a Ucrania, que se utilizan para luchar contra Rusia”, afirma.
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