sábado, noviembre 23, 2024

Columna de la Dra. Nancy Alvarez: Perder a un hijo: El peor duelo

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En nuestro programa “Desiguales”, de Univisión, hablábamos de la pérdida de un hijo, que es la pérdida más grande que puede tener un ser humano. Si te pasa a ti, eso te marcará para toda la vida, porque se supone que debemos morir primero que nuestros hijos.

En el caso de la mujer, el vínculo comienza desde el útero. Eso es muy importante. Un niño es parte de ti, es un vínculo que no se puede romper.

Diríamos que puedes aprender a vivir con la pérdida, pero nunca la superarás por completo. Hay que buscar ayuda psicológica, comunicarse, escribir cartas despidiéndose de él. Por ejemplo, el modelo de carta que tengo en mi libro “Amarte a ti mismo no es suficiente”.

Así que ten mucho cuidado. No sueñes que tú solo podrás hacerlo. Busque apoyo. Habla de ello, escribe sobre ello y sigue luchando. Lo veo mucho en Estados Unidos: padres a los que les han arrebatado hijos, de distintas edades, en masacres que son el pan nuestro de cada día. Han pasado el resto de sus días luchando para lograr algo. Y nadie hace nada. Al menos, no lo que realmente se necesita para frenar este tipo de barbarie en las escuelas.

Todo duelo es difícil. Estoy hablando de los más difíciles. También el de la pareja, sobre todo si fue buena y duraron mucho tiempo juntos. Cuando es bueno, como el mío, se convierte en una parte más de ti, es donde te refugias. Cuando todo te sale mal es él quien te escucha, tu mejor amigo, la persona que te regala sexo, cariño, cariño y ternura.

Es muy difícil superar la muerte de una pareja y, sobre todo, estar preparado para dar el paso y buscar algo diferente para otra persona. Pasa con los niños, porque ningún niño puede sustituir a otro. Puedes tener muchos hijos o solo uno. Allí será peor, porque a veces otros le permiten superarlo un poco más. Te das cuenta de que te estás olvidando a medias de los demás cuando estás inmerso en ese dolor.

Pero, cuando no hay más hijos ni nietos, se produce un vacío enorme. Por eso, ámalos, disfrútalos y pídele a Dios que, especialmente a tus hijos, nunca se vayan delante de ti. Lo pido todos los días por mi hija. Dios te bendiga Estefanía.

www.DraNancy.com


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