Normalmente no me gusta ver las noticias porque estoy cansado de tanta violencia y tragedia, pero hoy no voy a hablar de lo malo. Una noticia reveló recientemente que los jóvenes estadounidenses ya no fuman ni consumen drogas como antes.
El porcentaje ha bajado estrepitosamente. Y eso quiere decir que quizás se estén haciendo bien varias cosas para concienciar a los jóvenes de que las drogas no llevan a nada bueno y que fumar está relacionado con enfermedades terribles que ni siquiera imaginaba.
La persona que fuma mucho daña no sólo sus pulmones, sino también el cerebro, la circulación y puede acabar con cosas tan terribles como la pérdida de memoria. Los pequeños vasos del cerebro se dañan y, aunque las neuronas se regeneran, fumar mucho las daña.
Y la persona pierde la memoria, aunque esté consciente. Hace cosas que no debe, vive confundido, es como la demencia. Quiero decir, ¡qué alegría que los jóvenes en Estados Unidos estén cambiando sus hábitos! Nos gustaría que fuera un porcentaje del noventa por ciento, pero vamos hacia adelante. Los que intentamos educar y acercar conocimientos a las personas, para que realmente aprendan cosas importantes para su vida, su salud y para acabar con una vejez más saludable, quizás lo estemos consiguiendo.
Gracias a todos los que nos dan esta oportunidad, los que leen estos artículos, los que nos siguen en el programa “Desiguales” de Univisión, los que nos escriben en las redes sociales y se convierten en mis fans.
Esas son personas inteligentes. Y me alegro mucho de que la gente inteligente esté haciendo lo correcto, aprendiendo y educando bien a sus hijos, para que no caigan en vicios.
La palabra es fuerte, pero fumar es un vicio mortal, con daños terribles a miles de cosas. Felicitaciones a los jóvenes que están dejando esa maldita cultura que pensé que nunca mejoraría. Incluso se llegó a decir que los jóvenes eran sinónimo de conductas locas, sin sentido y poco saludables. Los felicito y pido al Señor que cada día ese porcentaje aumente mucho más.
