Andrew Coleman: Un sueño de infancia se hace realidad con su debut en Broadway

El actor versátil Andrew Coleman comenzó como un joven con una visión, y once años después, ese sueño se hizo realidad con su debut en Broadway en el espectáculo ganador de varios premios Tony, “Buena Vista Social Club”.

Nacido y criado en Raleigh, Carolina del Norte, Coleman provenía de un programa de arte con fondos insuficientes, encontrando maneras creativas para desarrollar su experiencia como actor profesional.

Sin embargo, tras estudiar en la Universidad Estatal A&T de Carolina del Norte y en la Academia de Drama Británica Americana, logró brillar interpretando varios personajes en teatro regional por todo el país, dejando su huella en la industria a cada paso del camino.

Después de finalizar su temporada en el estreno mundial de “Preludio a un Beso” en Milwaukee Rep, Coleman recibió la oportunidad que le cambió la vida: audicionar para “Buena Vista Social Club”.

Ahora, es suplente de varios papeles principales, apreciando cada instante el lujo de ser un actor con trabajo y disfrutando la emoción de ser parte de una obra tan legendaria y significativa.

Más recientemente, Coleman también impartió un taller de canto en Revolución Latina, una organización enfocada en el cambio social y en ayudar a los jóvenes Latinos crecer a través de las artes.

Su clase fue parte del D2GB Children’s Performing Arts Camp, un campamento gratuito que celebró su 18° aniversario y que ofrece a más de cien niños y adolescentes momentos de aprendizaje y esperanza para su futuro artístico.

En una entrevista exclusiva con Impacto Latino, Coleman compartió más detalles sobre su desenvolvimiento y esta nueva etapa de su trayectoria.

¿Qué te inspiró a dedicarte a las artes?
-Nací en Washington, D. C., en una familia muy musical y unida. Nadie se dedicó profesionalmente a ello. Pero, recuerdo que, de pequeño, vi una película llamada “Cómo comer gusanos fritos”. Era un elenco casi exclusivamente infantil, yo tenía su edad, y pensé: “Quiero dedicarme a esto”.

Además, como actor, me di cuenta de que podía hacer muchas cosas. No tengo tiempo en mi vida para ser médico, abogado, farmacéutico ni político. Pero, si actúo, puedo integrarme a estas vidas, aunque sea por un rato. Era un niño muy empático, y creo que todo eso me llevó a la actuación.

Luego, cuando llegué a la escuela secundaria, conocí a mi mentor, Willie O. Jordan, mi profesor de teatro. Me expuso a mucho teatro y me dijo: “Puedes dedicarte a esto profesionalmente”. Fue gracias a él y a mucha gente en mis años universitarios que me decía constantemente “lo puedes lograr”, que llegué hasta aquí. Ahora, llevo once años como actor profesional.

¿Cómo fue el proceso de audicionar para “Buena Vista Social Club”?
-El año pasado, lo estaba pasando muy mal, y conseguí un trabajo en Milwaukee. Era un estreno mundial y mi contrato se acercaba al final. No recibí muchas audiciones, así que iba a tomarme un descanso de seis meses. Cuando tomé esa decisión, al día siguiente me dieron la primera audición de “Buena Vista”, y era en español. Pensé, no hablo español,  pero he crecido rodeado de hispanohablantes. Hice mi primera audición. No escuché nada y me fui a casa.

A la tercera mañana que me desperté, mi agente me llamó y me dijo: “Tienes una segunda audición mañana”. Mi madre me dio como dos horas para empacar mis cosas. Tres audiciones después, ahora estoy en Broadway. Esto no es lo que esperaba este año.

¿Cómo ha sido la experiencia con Buena Vista hasta ahora?
-No es para nada lo que esperaba. Nunca antes había sido un suplente. En todos los espectáculos en los que normalmente participo, generalmente actúo todas las noches. Se trató de crear un espectáculo desde cero, observar el proceso y estar rodeado de gente a la que he admirado por años.

Cuando haces teatro regional, dejas tu vida. Pero esta es la primera vez que tengo un trabajo teatral en Nueva York, y cuando termino aquí, vuelvo a mi vida. Encontrar ese equilibrio ha sido un reto.

Además, me prometí a mí mismo, sobre querer estar en Broadway, que lo quería, pero lo quería de la manera correcta. No quería que fuera en un espectáculo que no hiciera sonreír mi corazón.

Quería que fuera algo revolucionario, nuevo, que cambiará el teatro para mejor. Realmente creo que Buena Vista lo ha logrado. Ha cambiado lo que significa ser un musical en Broadway.

Es el primer musical de este tipo donde todas las canciones son en español. Estoy muy agradecido.

Cuéntanos sobre tu conexión con Revolution Latina y el taller que enseñaste en su último campamento de verano.
-Cuando trabajo en teatro regional, una de mis cosas favoritas son las funciones para estudiantes. Recuerdo cuando era estudiante, y siempre era un gran regalo cuando había una función solo para ti. Así que, cada vez que tengo un contrato, si hay una oportunidad de hacer trabajo de extensión estudiantil, siempre me ofrezco como voluntario porque alguien lo hizo por mí.

No tuve organizaciones como esta cuando era niño. Entonces, hace unas semanas, me preguntaron si me interesaría dar clases de baile. No soy un bailarín muy experimentado, así que dijeron que puedo enseñar a canto. Estaba súper emocionado de enseñar y cantar con ellos, y espero haber inspirado a algunos a saber que pueden estar donde yo estoy o más.

¿Qué metas tienes para el futuro?

-Me encantaría dedicarme más a obras de teatro. Mi mayor meta es que mi mamá encienda la televisión un día y me pueda ver. Me encantaría ser un personaje regular en una serie. Quiero poder salir a Times Square y verme en esas pantallas, hacer orgulloso la versión más joven de mi. Ese siempre ha sido mi sueño, y este es un gran paso en la dirección correcta.