«Caos organizado»: el aeropuerto de Nueva York se renueva pero sigue funcionando
El aeropuerto JFK de Nueva York, principal puerta de entrada a Estados Unidos, está inmerso en una profunda remodelación con la construcción de nuevas terminales, puentes, carreteras e infraestructuras mientras sigue funcionando con normalidad.
Es un “caos organizado”, dicen a la AFP responsables de este megaproyecto de 19.000 millones de dólares que pretende dotar a la capital financiera del país y meca del turismo de unas instalaciones del siglo XXI para hacer frente al aumento de pasajeros.
“Es el proyecto más complejo en el que he trabajado”, asegura Gina Bigler, ingeniera jefe de construcción del Programa de Reurbanización del JFK, destinado a modernizar este aeropuerto coincidiendo con el Mundial de Fútbol 2026, cuya final se jugará en el MetLife Stadium de East Rutherford, en el vecino estado de Nueva Jersey.
A su alrededor, puentes provisionales desvían el tráfico para dejar espacio a los nuevos pasos elevados permanentes, mientras excavadoras gigantes remueven tierra arenosa cerca de dos flamantes terminales, la 1 y la 6, en distintas fases de desarrollo.
“Hay varios contratistas y el volumen de pasajeros es muy superior al de otros proyectos”, explica Bigler.
La Autoridad Portuaria de Nueva York-Nueva Jersey (PANYNJ) supervisa cada aspecto del proyecto y coordina la compleja red de contratistas, consorcios de inversión y aerolíneas: desde qué compañías utilizarán las terminales, pasando por las obras de arte que las decorarán, hasta los azulejos elegidos para los baños.
– Vientos políticos –
A pesar de la envergadura y complejidad del proyecto, el mayor de su tipo en Estados Unidos, los trabajos se ajustan al presupuesto y al calendario previstos, tras la perturbación causada por el coronavirus.
La colaboración entre el propietario del aeropuerto y las empresas privadas garantiza “la supervisión desde el punto de vista público”, explica Steve Thody, director general de JFK Millennium Partners, responsable de la nueva terminal 6.
Esta fórmula también facilita “aportar dinero privado al acuerdo, lo que permite avanzar en infraestructuras probablemente a un ritmo más rápido”.