Karina Larrauri y Federico Ozores celebran 23 años de matrimonio navegando juntos

La comunicadora Karina Larrauri y su esposo Federico Ozores celebraron este fin de semana un hito muy especial: sus 23 años de matrimonio, una historia de amor marcada por la complicidad, la fortaleza y la capacidad de remar juntos en medio de las distintas mareas de la vida.

“A veces el mar estuvo en calma, otras veces las olas parecían más grandes que nosotros, pero siempre seguimos a flote, agarrados del mismo barco. Hoy celebramos que, después de tantas mareas, seguimos aquí: remando, riendo, eligiéndonos y soñando, con la certeza de que lo mejor todavía está por venir”, compartió Karina en sus redes sociales, acompañando el mensaje con imágenes de su viaje en pareja.

Bodas de Agua

El aniversario número 23 de casados es conocido como las Bodas de Agua, un símbolo perfecto para describir el amor de Karina y Federico: un vínculo que fluye, se adapta, refresca y se renueva con el paso de los años, como el agua que atraviesa distintos paisajes sin perder su esencia.

La ruta #23 con #KafeTrip

Para conmemorar la ocasión, la pareja emprendió una ruta en el litoral norte de la República Dominicana, bajo la etiqueta #23 con #KafeTrip, explorando algunos de los lugares más encantadores de Río San Juan.

En su itinerario incluyeron:

• Playa Caletón: un rincón paradisíaco de aguas cristalinas y ambiente tranquilo, donde Karina disfrutó de las uvas de playa “sin contar las libras que comió”, según comentó entre risas.
• Piscina Natural: un tesoro escondido que se accede a pie tras dejar el vehículo afuera, con aguas transparentes que invitan a sumergirse y dejarse llevar por la naturaleza.

Durante la visita también se toparon con una curiosa “vaca viralata” que deambulaba entre los zafacones, momento que quedó registrado en video como parte de la experiencia divertida y espontánea que caracteriza sus viajes.

23 años y contando

Con la certeza de que lo mejor está por venir, Karina Larrauri y Federico Ozores celebran este aniversario reafirmando que el amor, como el mar, puede ser profundo, cambiante y a veces desafiante, pero también inmenso y lleno de vida.

Su viaje a Río San Juan no fue solo una escapada romántica, sino una metáfora perfecta de su travesía de 23 años juntos: explorando, descubriendo, disfrutando y siempre tomados de la mano, navegando hacia nuevos horizontes.