¿Por qué una ducha fría en un día caluroso puede ser peligrosa?
Con el calor ambiental, el cuerpo humano puede llegar a sobrecalentarse, al punto de que el aumento de la temperatura de los órganos internos amenace con dañarlos, y entonces los métodos naturales del cuerpo para refrescarse, como el sudor, no resultan suficientes. Sin embargo, una ducha fría no ayudará a reducir la temperatura interna del cuerpo sino que, por el contrario, puede provocar su aumento.
Los estudios han demostrado que, al exponerse al frío, los vasos sanguíneos cercanos a la piel se contraen, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo hacia esas zonas. En otras palabras, empieza a fluir menos sangre hacia la superficie de la piel y, como resultado, el calor se retiene en el interior del cuerpo.
Los científicos también han descubierto que bajo un agua a temperatura de 15 °C, la presión arterial aumenta, lo que puede ser peligroso para las personas con enfermedades cardíacas, que pueden experimentar taquicardia y bradicardia, lo que puede conducir a la muerte.
No obstante, un baño o una ducha fría o templada pueden ayudar mucho a refrescarse, pero la temperatura óptima del agua debería rondar los 26-27 °C. Otras formas eficaces serían beber mucha agua, así como ventilar la habitación.
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