Desde que el Vaticano confirmó la noticia, miles de feligreses lloraron, rezaron e hicieron reverencia en ese altar mayor, que normalmente recibe a muchos visitantes y turistas. En esta ocasión coincidían otros sentimientos y dudas.
La mexicana Rocío Sánchez, al igual que millones de feligreses católicos en el mundo, se despertó este lunes en Nueva York con una noticia que la impactó profundamente: el fallecimiento del Papa Francisco, a quien tuvo la oportunidad de observar muy de cerca, hace diez años en Washington.
“Era una persona que durante su servicio a la iglesia católica fue muy humilde. Habló de cambios importantes, para poner a nuestra iglesia en sintonía con los nuevos tiempos. Cuando lo tuve en frente, tenía una luz especial, era como un ángel”, relató Rocio a las puertas de la Catedral de San Patricio en Manhattan, el templo católico más famoso del país.