LOS ÁNGELES — Tras perderse los tres juegos de los Dodgers contra los Bravos debido a un “pequeño accidente” en el que se resbaló al entrar a la ducha en su casa, Freddie Freeman fue colocado en la lista de lesionados de 10 días la noche del jueves, con efecto retroactivo al lunes.
El manager Dave Roberts señaló a principios de esta semana que Freeman pensaba que podría jugar a pesar de esta nueva molestia, pero el estelar primera base rara vez quiere perderse un juego, sin importar cómo se sienta. La única vez que Roberts recuerda que Freeman sintió que no podía jugar fue durante la Serie de Campeonato de la Liga Nacional del año pasado, cuando lidiaba con la misma lesión en el tobillo, que en ese momento estaba bastante mal y eventualmente requirió cirugía.
“Por lo general”, dijo Roberts, “él siempre está pataleando y protestando”.
Se esperaba que Freeman tuviera más días de descanso de lo habitual al comienzo de esta temporada —para su disgusto—, ya que su objetivo cada año es jugar lo más posible. También se ausentó de la Serie de Tokio de dos partidos que abrió la temporada porque sentía molestias en el costado izquierdo, otra lesión con la que ya había jugado durante la postemporada pasada.
Durante los entrenamientos primaverales, Freeman dijo que probablemente tendría que manejar el estado de su tobillo derecho durante buena parte de la temporada regular. Aún recibe tratamiento intensivo antes y después de cada juego.
