Este análisis, fundamentado en la metodología de All-Source Intelligence de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) y en fuentes abiertas (juegos de guerra, informes del Congreso de EEUU y reportes de think tanks o laboratorios de ideas), busca ofrecer un panorama integral de las posibilidades de un conflicto entre EEUU y China por Taiwán, sin pretender predecir con certeza su desenlace. Ante el creciente poderío chino, la clave estará en la disuasión efectiva y la preparación conjunta de EEUU, Taiwán y sus aliados para minimizar los riesgos de una confrontación que, de ocurrir, sería sumamente costosa para todas las partes involucradas.

1. Resumen de recientes informes al Congreso y juegos de guerra

1.1. Contexto del informe al Congreso

• Probabilidad creciente de una invasión: Legisladores de la Cámara de Representantes fueron informados acerca de los posibles desenlaces de un conflicto EEUU-China por Taiwán en un plazo de uno a dos años. De acuerdo con especialistas, la industria de defensa china opera “en pie de guerra” y cuenta con una capacidad de construcción naval 230 veces mayor que la de EEUU, lo que incrementa la probabilidad de una invasión a Taiwán.

• Fechas proyectadas: Analistas militares señalan el año 2027 como la fecha en que China estaría plenamente preparada para lanzar una operación militar a gran escala. Sin embargo, los ejercicios de simulación han manejado fechas tan próximas como 2026.

1.2. Hallazgos de la simulación del Center for Strategic & International Studies (CSIS)

• Invasión anfibia y respuesta aliada: En 25 iteraciones de un escenario de invasión anfibia china, la coalición formada por EEUU, Taiwán y Japón logró repeler el ataque y preservar la autonomía de la isla. Sin embargo, las bajas en todos los bandos fueron elevadas.

Bajas y destrucción de equipo militar:

• EEUU perdió entre 10 y 20 buques de guerra, incluidos 2 portaaviones, además de 200 a 400 aviones de combate; más de 3,000 militares estadounidenses fallecieron en las primeras tres semanas.

• Taiwán quedó devastada y agotó sus municiones críticas.

• China perdió hasta 90% de su flota anfibia, 52 buques de superficie y 160 aviones de combate.

1.3. Lecciones clave

China elige el “Día D”: El momento del ataque quedaría exclusivamente en manos de Pekín, por lo que Taiwán y sus defensores deben mantenerse en alerta constante.

No hay “modelo Ucrania”: A diferencia del suministro gradual de ayuda a Ucrania, la cercanía geográfica de China y sus sofisticados sistemas antibuque y antiaéreos obligarían a EEUU a intervenir de forma inmediata para defender a Taiwán.

El factor drones en la guerra moderna

Aunque el escenario de guerra en Taiwán modelado por el CSIS no incluyó de manera exhaustiva el uso de drones, la guerra en Ucrania ha demostrado la efectividad de estos sistemas (tanto marítimos como aéreos) como multiplicadores de fuerza.

Drones marítimos: En Ucrania se ha reportado la destrucción o daño significativo de al menos dos docenas de buques rusos en el Mar Negro, obligando a la flota rusa a replegarse de zonas costeras clave.

Drones aéreos: Se estima que Ucrania y Rusia han empleado miles de drones de diferente alcance y autonomía, algunos de ellos capaces de atacar objetivos estratégicos a cientos de kilómetros. La producción de drones se ha disparado, con objetivos de manufactura que van desde 1 hasta 4 millones de unidades anuales en territorio ucraniano, y un ritmo similar por parte de Rusia.

Implicaciones para Taiwán: Las rápidas innovaciones en el uso de drones (autonomía, inteligencia artificial, modularidad) sugieren que extrapolar directamente los escenarios de Ucrania a Taiwán podría ser peligroso, especialmente si no se consideran las diferencias en la geografía, la capacidad industrial y las tácticas de ambos bandos. Aun así, el despliegue masivo de drones podría alterar de manera significativa las dinámicas de un hipotético conflicto.

2. Restricciones de la industria de defensa estadounidense

2.1. Capacidad industrial insuficiente

El informe al Congreso y las simulaciones señalan que la base industrial de defensa de EEUU difícilmente repondría las pérdidas de buques y aviones de guerra en un plazo razonable, debido a la limitada capacidad de producción.

En contraste, China podría reponer sus bajas más rápido gracias a su enorme infraestructura de construcción naval y fabricación de sistemas militares.

2.2. Escasez de municiones

En un escenario de alta intensidad, EEUU y Taiwán agotarían rápidamente municiones críticas, como los misiles antibuque LRASM, JASSM-ER y los propios sistemas de Taiwán.

Según estimaciones recientes, las reservas de misiles antibuque estadounidenses (aprox. 440 unidades) podrían agotarse en menos de siete días. Además, la producción de misiles Tomahawk Block V, LRASM o JASSM requiere dos años o más.

2.3. Factores de mano de obra y agilidad contractual

Escasez de personal especializado: Faltan ingenieros, técnicos, soldadores de alta precisión y otros perfiles necesarios para incrementar la producción militar en el corto plazo.

Mentalidad de “tiempo de paz”: Los procesos de contratación y adquisición actuales no reflejan la urgencia de un posible conflicto de gran escala.

2.4. Dependencia de insumos críticos

China ejerce un control dominante sobre la producción de componentes clave (tierras raras, microelectrónica, semiconductores), lo que podría generar severos cuellos de botella en la industria de defensa de EEUU.

3. Consideraciones geopolíticas y estratégicas

3.1. Importancia de Japón

De acuerdo con las simulaciones, Japón sería el aliado principal para EEUU y Taiwán, brindando bases y apoyo logístico. Sin su concurso, la proyección de fuerza de EEUU se vería severamente limitada.

Corea del Sur, por su parte, no ha autorizado misiones de combate estadounidenses desde su territorio y enfrenta un dilema propio con Corea del Norte.

3.2. Riesgos de escalada nuclear

Tanto EEUU como China poseen armas nucleares. Un conflicto convencional con altas bajas podría desencadenar presiones internas para escalar hacia lo nuclear, un escenario que se procura evitar.

3.3. Posibles movimientos de terceros actores

Analistas señalan que Corea del Norte podría aprovechar una distracción de EEUU en Taiwán para lanzar acciones ofensivas contra Corea del Sur, especialmente ahora que Pyongyang mantiene una creciente colaboración militar con Rusia.

3.4. Planificación defensiva de Taiwán

Los estudios sugieren invertir en plataformas más económicas y difíciles de destruir (lanchas rápidas, submarinos, defensas costeras), en lugar de grandes buques de guerra.

La prioridad de las fuerzas taiwanesas sería “mantener la línea” para evitar que China establezca una cabeza de playa sólida, pues revertir una ocupación parcial resulta mucho más complejo.

3.5. Costo político en China

• Un eventual fracaso en la toma de Taiwán podría desestabilizar políticamente al gobierno de Pekín, incentivándolo a usar tácticas militares más intensivas para no perder legitimidad interna.

4. ¿Ganaría EEUU?

4.1. Un escenario de altísimas pérdidas

Diversos ejercicios (CSIS, informes al Congreso) indican que EEUU, junto con Taiwán y Japón, podría frenar una invasión china, pero a un costo extremadamente alto. La destrucción de portaaviones, cazas de quinta generación y buques de superficie, además de la pérdida de miles de vidas, pondría a prueba la capacidad de respuesta de la industria estadounidense.

4.2. El factor tiempo

China, con su base industrial en “pie de guerra”, elegiría el momento preciso para lanzar la invasión, mientras que EEUU y Taiwán tendrían que mantenerse alerta de forma permanente.

Una respuesta tardía—por ejemplo, dos semanas después del inicio de la ofensiva—haría prácticamente imposible evitar la conquista de Taiwán.

4.3. “Victoria” en términos relativos

Aunque EEUU lograse “ganar” bloqueando la anexión de Taiwán, el costo económico, militar y humano sería tan elevado que podría considerarse una victoria pírrica. Ambas potencias, así como la economía global, sufrirían daños considerables.

4.4. Disuasión y preparación

Para evitar esta situación, Washington trata de reforzar las alianzas en Asia-Pacífico, acumular reservas de armas críticas, acelerar la producción de misiles antibuque y reducir la dependencia de insumos controlados por China.

No existe la opción de una ayuda progresiva similar a la de Ucrania: la asistencia a Taiwán debe ser inmediata y sostenida para contrarrestar la cercanía geográfica y el poderío naval de China.

Puntos clave del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el PCCh y la Industria de Defensa

Capacidad de construcción naval de China: 230 veces mayor que la de EEUU, colocándola en posición de reponer sus pérdidas con mayor rapidez.

Objetivos estratégicos y escenarios mixtos: Al igual que en la guerra Rusia-Ucrania, se prevé que un conflicto en Taiwán podría incluir ataques simultáneos contra astilleros, aeropuertos y centros de producción críticos para debilitar la logística del adversario.

Reservas insuficientes de municiones: Las existencias de misiles antibuque y de crucero podrían agotarse en cuestión de días, impactando gravemente la defensa de Taiwán y la proyección de fuerza estadounidense.

Reajuste de prioridades de gasto: EEUU y Taiwán deben priorizar plataformas más ágiles y menos costosas en lugar de grandes embarcaciones susceptibles a ataques.

Coordinación con Japón: De carácter inmediato y profundo. EEUU mantiene acuerdos de defensa con Japón (incluido el SOFA), facilitando el uso de bases y la cooperación en materia de armamento.

Atención a otros frentes: Un conflicto en Taiwán podría alentar a Corea del Norte a lanzar ofensivas paralelas contra Corea del Sur. Se especula que Seúl podría recurrir a planes de defensa como el Operations Plan 5027 (OPLAN 5027) e, incluso, a demoliciones atómicas tácticas en la zona fronteriza.

Amenaza nuclear: Evitar a toda costa acciones en territorio continental chino, donde las defensas aéreas son más densas y la escalada nuclear es más factible.

Perspectivas económicas e industriales

• Empresas taiwanesas en China continental: Grandes compañías de alta tecnología, como TSMC, operan fábricas en territorio chino. En 2023, China continental y Hong Kong representaron cerca del 42% de las exportaciones de Taiwán, mientras que EEUU alcanzó solo un 15%.

• Cambios en la producción: Corea del Sur, Japón y otras potencias asiáticas han comenzado a relocalizar sus fábricas fuera de China, tendencia que podría acelerarse si el riesgo de conflicto aumenta.

• Impacto a mediano plazo: Aunque China se apodere de fábricas en su territorio, no podría comerciar fácilmente con la marca taiwanesa ni sostener la exportación de alto valor agregado sin la colaboración de los ingenieros y la cadena de suministro internacional. Además, Taiwán está estableciendo plantas de semiconductores en EEUU y en otros países.

• Escenarios de sanciones: Una agresión abierta contra Taiwán conllevaría fuertes sanciones económicas internacionales similares a las impuestas a Rusia. La continuidad de la producción china y su acceso a mercados globales quedarían en entredicho, con efectos profundos en la estabilidad interna y el crecimiento económico de Pekín.

Créditos:

El Teniente Coronel (retirado) del Ejército de EEUU, Sr. Octavio Pérez, y el Sr. Art Estopiñán contribuyeron a este análisis. El Sr. Octavio Pérez es el Analista Sénior de Asuntos Militares y el Sr. Art Estopiñán es el Jefe de Asuntos Legislativos del Miami Strategic Intelligence Institute (MSI2), — el Instituto de Inteligencia Estratégica de Miami, un think tank conservador no partidista con sede en Miami que preside y fundó el economista Dr. Rafael Marrero.