El cierre del gobierno retrasa la ayuda para calefacción a millones de hogares en EE.UU.
Con la llegada del frío a varias regiones de Estados Unidos, millones de familias de bajos ingresos enfrentan un nuevo obstáculo: la suspensión temporal de los fondos del Programa de Asistencia Energética para Hogares de Bajos Ingresos (LIHEAP, por sus siglas en inglés), provocada por el cierre parcial del gobierno federal que ya se extiende por 5 semanas.
El retraso en la financiación coincide con el aplazamiento de otros programas sociales esenciales, como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), que permite a cerca de uno de cada 8 estadounidenses comprar alimentos. La interrupción simultánea de estos apoyos amenaza con agravar la vulnerabilidad de millones de familias justo cuando el aumento de los precios de la energía eleva el costo de calentar los hogares.
Un programa vital para los meses de invierno
“El impacto, aunque sea temporal, será profundo si no resolvemos este problema”, advirtió Mark Wolfe, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Directores de Asistencia Energética (NEADA, por sus siglas en inglés), que agrupa a los responsables estatales del programa LIHEAP. “Estas son ayudas esenciales para el ingreso familiar, y podríamos verlas desaparecer todas al mismo tiempo”.
Creado en 1981 y financiado por el Congreso, el LIHEAP cubre el pago de facturas de electricidad, gas o combustible doméstico como gasóleo o propano. Cada año, distribuye fondos a los 50 estados, el Distrito de Columbia, los territorios de EE.UU. y tribus reconocidas federalmente, mediante una fórmula que considera el clima, los precios de la energía y el número de residentes de bajos ingresos.
Aunque el presidente Donald Trump propuso eliminar la partida presupuestal del programa en su plan fiscal, se esperaba que el Congreso mantuviera la financiación correspondiente al año presupuestario que comenzó el 1 de octubre. Sin embargo, el estancamiento político ha impedido la aprobación del proyecto de ley de gastos de 2026, bloqueando la entrega de los nuevos fondos a los estados.
Estados alertan sobre el retraso de los fondos
Varios gobiernos estatales ya advierten de retrasos inminentes. Kansas, Pennsylvania, Nueva York y Minnesota han informado que sus programas locales de asistencia energética no podrán operar con normalidad mientras dure el cierre.
En Pennsylvania, el gobernador demócrata Josh Shapiro reconoció que su administración no puede adelantar los más de $200 millones de dólares que el estado esperaba recibir del LIHEAP. Esa cantidad estaba destinada a cubrir las facturas de calefacción de unos 300,000 hogares de bajos ingresos. Los pagos, que habitualmente comienzan en noviembre, se postergarán al menos hasta diciembre.
En Minnesota, el Departamento de Comercio estatal sigue tramitando solicitudes, pero advierte que los fondos federales podrían demorarse un mes. “A medida que las temperaturas comienzan a bajar, este retraso podría tener graves consecuencias”, señaló la agencia. El programa en ese estado asiste a más de 120,000 hogares, incluidos adultos mayores, familias con niños pequeños y personas con discapacidad.
En Connecticut, las autoridades aseguran tener recursos suficientes para cubrir las facturas de calefacción hasta finales de noviembre o diciembre. Pero la incertidumbre crece si el cierre federal continúa. Los legisladores locales analizan usar reservas del presupuesto estatal para sostener temporalmente el programa.
“La situación se volverá mucho más peligrosa para las personas que necesitan esos recursos a medida que avance la temporada de calefacción”, advirtió Rhonda Evans, directora ejecutiva de la Asociación de Acción Comunitaria de Connecticut. El año pasado, más de 100,000 hogares recibieron asistencia en ese estado.
El Gobierno responsabiliza al Congreso del cierre
Un portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), la agencia que supervisa el programa, responsabilizó a los demócratas del Congreso por la prolongación del cierre y los retrasos en los pagos. Agregó que la Administración Trump “está comprometida con reabrir el Gobierno lo antes posible” y que, una vez resuelto el conflicto, la Administración para Niños y Familias (ACF, por sus siglas en inglés) trabajará “rápidamente” para procesar las subvenciones.
Sin embargo, no respondió si la demora podría verse agravada por el despido previo de trabajadores encargados de administrar el programa LIHEAP. Wolfe, de la NEADA, anticipó que los retrasos podrían extenderse hasta enero. “Una vez que se despide al personal, las cosas se ralentizan. Hay incertidumbre sobre quién aprobará los planes estatales y cómo se liberarán los fondos”, explicó en entrevista para la en entrevista con la Arkansas Democrat Gazette.
Los más vulnerables, sin protección ante el frío
La situación es especialmente crítica para el 9% de los beneficiarios del programa que dependen de combustibles de entrega a domicilio, como gasóleo, queroseno o pellets de madera, y que no cuentan con las mismas protecciones regulatorias que los usuarios de gas o electricidad.
Mientras las compañías de gas y electricidad pueden recibir órdenes estatales que les impidan cortar el servicio, las pequeñas empresas de suministro de combustible no están obligadas a extender crédito a los clientes más vulnerables. “No podemos pedirle a un distribuidor de combustible que siga entregando sin garantía de pago”, añadió Wolfe.
Con la temporada invernal apenas comenzando y millones de familias pendientes de las ayudas energéticas, la prolongación del cierre federal amenaza con convertir una crisis política en una emergencia humanitaria.
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