Científicos desarrollaron organoides para replicar tumores de melanoma uveal en laboratorio, facilitando el estudio de la enfermedad y la prueba de nuevos tratamientos para mejorar las opciones terapéuticas.
República Dominicana, abril de 2025 — Investigadores de Mayo Clinic desarrollaron modelos organoides para estudiar el melanoma uveal, uno de los tipos más comunes de cáncer de ojo en adultos. El objetivo es utilizar estos modelos para comprender mejor cómo funciona esta enfermedad y desarrollar tratamientos para las necesidades no cubiertas de los pacientes.
Organoides son modelos 3D cultivados a partir del tejido de un paciente que reflejan, con precisión, las características genéticas y biológicas únicas del paciente, también conocidas como “avatares.” Cuando se deriva de un tumor canceroso del paciente, un organoide se comportará y responderá a los tratamientos fuera del cuerpo en laboratorio (in vitro), tal como lo haría el tumor original dentro del cuerpo (in vivo).
En el 50% de los pacientes, el melanoma uveal metastatiza y se disemina a otras partes del cuerpo, lo que conduce a un pronóstico deficiente y a una supervivencia promedio de menos de dos años. Desafortunadamente, los tratamientos actuales para esta condición generalmente tienen una eficacia limitada, dejando a los pacientes y sus médicos con pocas opciones.
“La esperanza es que estos modelos de organoides derivados del paciente representen mejor el cáncer humano en laboratorio”, dice la Dra. Lauren Dalvin, oncóloga ocular y cirujana-científica en el Centro Oncológico Integral de Mayo Clinic y una de las principales investigadoras. “El uso de estos modelos como base para las pruebas de fármacos facilitará el descubrimiento de nuevos tratamientos con mayores tasas de éxito en los ensayos clínicos, lo que, en última instancia, se traducirá en mejores resultados para los pacientes con melanoma uveal.”
En el pasado, la falta de modelos de enfermedades humanas que representaran todo el espectro del melanoma uveal terminó creando un cuello de botella, limitando la capacidad de los científicos para identificar objetivos efectivos para el tratamiento y la prevención. La mayoría de los estudios de laboratorio han utilizado el mismo conjunto de líneas celulares disponibles comercialmente, que no son representantes de la enfermedad y que a menudo difieren significativamente de los tumores originales.