Los satélites que pasan por esta zona son particularmente vulnerables. Al debilitarse el campo magnético, las partículas solares y los vientos cósmicos penetran con mayor facilidad, provocando fallos en los sistemas electrónicos orbitales. Esta situación genera preocupación ante la creciente dependencia global de los servicios satelitales para comunicaciones, navegación y observación terrestre.
El campo magnético terrestre, ese escudo invisible que nos protege de las radiaciones cósmicas, presenta una inquietante irregularidad que científicos de todo el mundo monitorizan con creciente preocupación.
La denominada Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS) representa una extensa región donde nuestro paraguas magnético se debilita significativamente, creando una “abolladura geomagnética” que podría tener importantes consecuencias para nuestra tecnología y comunicaciones.