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La intolerancia a la lactosa: un desafío alimenticio común en República Dominicana

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La intolerancia a la lactosa es una condición cada vez más reconocida en el ámbito médico y nutricional, que impacta a millones de personas en todo el mundo, incluyendo una porción significativa de la población dominicana.

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Se trata de una dificultad para digerir la lactosa, el azúcar natural presente en los productos lácteos, debido a la ausencia o deficiencia de la enzima lactasa en el intestino delgado.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 65 % y un 70 % de los adultos a nivel global presentan algún grado de intolerancia a la lactosa, lo que convierte a esta afección en un tema de salud pública importante.

En República Dominicana, aunque no existen cifras exactas recientes, estudios locales y regionales apuntan a una alta prevalencia, especialmente en poblaciones adultas y en personas de ascendencia afrocaribeña.

“La intolerancia a la lactosa se produce debido a la deficiencia de lactasa, lo que provoca síntomas como hinchazón, dolor abdominal, gases y diarrea tras consumir productos lácteos”, explica el nutricionista Francisco Herrera Morales, especialista en salud digestiva de Dos Pinos.

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Este cuadro clínico puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de quienes lo padecen, especialmente si no reciben orientación médica ni acceso a alternativas nutricionales adecuadas.

De acuerdo con investigaciones recientes de la Universidad de Harvard (2024), una dieta balanceada que incluya alimentos sin lactosa o con bajo contenido de esta sustancia puede ser igualmente nutritiva.

“Es posible obtener calcio, vitamina D y proteínas esenciales a través de otros productos como bebidas vegetales fortificadas, pescados como el salmón, o productos lácteos especialmente tratados”, señaló Herrera Morales.

Alternativas como leches deslactosadas, yogures con cultivos probióticos, y quesos bajos en lactosa se han convertido en soluciones eficaces para evitar deficiencias nutricionales, según un estudio de la Universidad de Stanford (2024).

Además del cambio en el tipo de productos, se recomienda a las personas con intolerancia leve consumir pequeñas cantidades de lácteos junto a otros alimentos, lo que puede reducir la intensidad de los síntomas.

El uso de suplementos de lactasa también ha mostrado buenos resultados para mejorar la digestión de la lactosa, así como la inclusión de probióticos que contribuyen al equilibrio del microbioma intestinal.


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