Las autoridades iraníes mantendrán la pausa de la ley “hasta que se cumplan las condiciones adecuadas”
El Gobierno iraní mantendrá en suspenso la polémica ley que endurece las penas contra las mujeres que no lleven velo “hasta que se cumplan las condiciones adecuadas” y después de realizar cambios al proyecto legislativo.
“La enmienda a la ley del hijab quedará en suspenso hasta que se cumplan las condiciones apropiadas”, afirmó el vicepresidente de Asuntos Parlamentarios, Shahram Dabiri, en declaraciones recogidas por Iran Front Page el miércoles.
“Algunas leyes, como las que prohíben los satélites, han enfrentado desafíos similares debido a la falta de infraestructura”, afirmó el político. en referencia a la prohibición que tiene el país de estos dispositivos para sintonizar canales de televisión extranjeros.
Hoy en día, los tejados de los edificios de Teherán están llenos de antenas parabólicas, aunque siguen siendo ilegales, después de que las autoridades no lograron hacer cumplir su prohibición hace años, incluso con la amenaza de penas de prisión.
Dabiri no explicó a qué condiciones adecuadas se refería para promulgar la ley sobre el velo.
El político explicó que frenaron la promulgación del proyecto de ley pidiendo al Parlamento que no lo enviara al Ejecutivo para su firma, algo que hizo el Consejo Supremo de Seguridad Nacional durante el fin de semana.
Dabiri también indicó que quieren hacer cambios a la ley que busca acabar con la falta de uso del velo, Gesto de desobediencia civil que muchas iraníes han adoptado tras la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la Moral por no llevar correctamente el hijab en septiembre de 2022.
La polémica normativa establece castigos para las mujeres que violen el estricto código de vestimenta del país, con penas de prisión de hasta cinco años en caso de reincidencia y multas de hasta 2.000 dólares, una cantidad muy por encima de los salarios medios del país.
El impago de las multas provocará restricciones en los servicios públicoscomo la obtención de permisos de conducción o pasaportes y el decomiso de coches, entre otros.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, expresó sus “reservas” al proyecto legislativo y advirtió que podría “arruinar muchas cosas en la sociedad”.
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