A la ceremonia, que se vio condicionada por el viento y la lluvia, asistieron decenas de líderes de todo el mundo
El arzobispo de París, Laurent Ulrich, Reapertura oficial de la catedral de Notre Dame este sábado con un ritual que Consistía en llamar solemnemente a las puertas, golpear con la cruz y esperar la respuesta del templo gótico, que fue cantada por los coros del interior, antes de cruzar el umbral.
Específicamente, los cantantes de Notre Dame pronunciaron el Salmo 121 de la Biblia: “Alzo mis ojos a los montes; “¿De dónde vendrá mi ayuda? “Mi ayuda viene del Señor, creador del cielo y de la tierra”, en cada una de las tres veces que el arzobispo pidió a Notre Dame que abriera sus puertas.
A la ceremonia, que tuvo que ser reajustada debido al viento y la lluvia y que comenzó con el repique de las campanas de la catedral, Asistieron decenas de líderes de todo el mundo, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
Tanto Trump como Zelensky fueron recibidos en el Elíseo por Emmanuel Macron, una victoria diplomática para el presidente francés, que logró este primer encuentro entre ambos líderes desde la victoria del líder republicano en las elecciones de noviembre, Con el futuro incierto del apoyo de Washington a Kiev contra Rusia sobre la mesa.
Esto provocó que Macron y su esposa Brigitte llegaran más tarde de lo previsto a la explanada de la catedral, donde se instaló una carpa para permitir el saludo y la fotografía de los jefes de Estado y de Gobierno presentes.
En ausencia del presidente francés, el primer ministro en funciones, Michel Barnier, se encargó de las primeras bienvenidas. Cuando Zelensky llegó unos minutos después de Macron, fue recibido con aplausos.
Mientras tanto, algunos de los asistentes Se tomaron fotos con el empresario multimillonario Elon Musk. También estuvo presente en esta ceremonia en la que hubo una nutrida representación de la realeza europea, como el príncipe Guillermo de Gales o los reyes belgas, Felipe y Matilda.
Con todos los invitados en el interior, la señal del inicio de la ceremonia provino de las campanadas, que Macron, su esposa y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, escucharon desde la fachada.
A continuación, el arzobispo de París, acompañado de otros clérigos, realizó una breve procesión con la cruz de madera con la que llamó a las puertas (elaborada con madera recuperada de los restos del incendio de abril de 2019). Todos vestidos con una capa de colores verde, rojo, amarillo y azul, cada uno con un significado litúrgico especial.
Tras abrir las puertas se dirigió a la pila bautismal con el agua bendita antes de salir al exterior para invitar a entrar a Macron, a la primera dama francesa y al alcalde parisino.
Con esto comenzó la siguiente etapa de la ceremonia, que inicialmente debería haber sido la primera y se desarrolló en la explanada exterior, con un carácter más político.
En esta parte Macron pronunció un discurso antes entregando nuevamente el bastón de mando al arzobispo Ulrich, quien continuó con los ritos religiosos previstos, como los llamados a “despertar” el órgano de la catedral.
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