El niño Johan Andujar, hijo de Miguel y Johanna, dejó de existir la tarde del miécoles en el hospital Robert Reid Cabral, ubicado en el Distrito Nacional, donde permanecía interno desde hacía varias semanas debido a complicaciones asociadas al lupus.
Su partida generó consternación tanto en su familia como en la comunidad de la que formaba parte, ya que era reconocido por su carácter alegre y su disposición para colaborar en diversas actividades.
De acuerdo con la información disponible, Johan era considerado un niño sano y con hábitos propios de su edad. Sin embargo, en semanas anteriores comenzó a presentar episodios de fiebre acompañados de inflamación corporal, lo que motivó su traslado inicial a un centro médico en Baní. Allí recibió atención especializada y se le diagnosticó lupus, una condición que afecta el sistema inmunológico. Tras varios días, fue dado de alta, pero poco tiempo después experimentó una recaída significativa.
Su estado de salud obligó a un nuevo ingreso, esta vez en el hospital Robert Reid Cabral, donde recibió tratamientos orientados a estabilizarlo. A pesar de los esfuerzos médicos y de las atenciones que se le brindaron, no logró superar el cuadro clínico y se produjo la pérdida. La noticia generó pesar entre familiares, allegados y vecinos, quienes resaltaron que el menor apoyaba con frecuencia a su padre en las labores cotidianas, lo que reforzaba los lazos dentro de su entorno familiar.
Baní News expresó que lamenta esta irreparable pérdida, la cual impacta no solo a la familia Andujar, sino también a toda la comunidad que los rodea. El caso ha servido para recordar la importancia de la atención oportuna y del acompañamiento médico permanente en enfermedades de carácter complejo, como el lupus.
El lupus es una enfermedad inflamatoria producida cuando el sistema inmunológico comienza a afectar los propios tejidos del cuerpo. Se presenta en distintas formas, afectando órganos como la piel, los riñones, las articulaciones, los pulmones, el cerebro, el corazón y las células sanguíneas.
Los síntomas habituales incluyen fatiga, dolor articular, fiebre y sarpullidos, que pueden aparecer en brotes y luego disminuir, haciendo del control médico un aspecto esencial.
Aunque el lupus no tiene una cura definitiva, los tratamientos disponibles buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes mediante el control de los síntomas.
Entre las medidas recomendadas se encuentran el seguimiento médico regular, el uso de medicamentos antiinflamatorios y esteroides, así como cambios en el estilo de vida, que incluyen la adopción de una dieta equilibrada y la protección frente a la exposición solar, con el fin de reducir los efectos de los brotes.
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