Ese enfoque cercano lo ha convertido en una figura cada vez más presente en ferias comunitarias, festivales y marchas por los derechos de los inmigrantes. Desde Queens hasta el Alto Manhattan, pasando por Brooklyn y El Bronx, Carrión asiste a los espacios donde la comunidad se reúne, se informa y se organiza. “No es solo por presencia, yo voy personalmente, con mi equipo, porque es importante ver cómo podemos ayudar, escuchar lo que está pasando y estar disponibles, no solo cuando hay un caso, sino desde antes, como parte de un esfuerzo preventivo”.
Con paraguas en mano y paso firme, el abogado Dennis Carrión recorrió las calles del Bronx durante el Bronx Puerto Rican Day Parade, acompañando a su comunidad en una celebración vibrante, llena de orgullo, música y la lluvia persistente que marcó la jornada. Muchos asistentes notaron su presencia, no como una figura destacada, sino como un vecino más, compartiendo con ellos, escuchando sus historias y reafirmando su compromiso como abogado y aliado.
Carrión es neoyorquino de nacimiento, pero su corazón late al ritmo de sus raíces latinas. Hijo de padre puertorriqueño y madre cubana, creció en un hogar donde el idioma, la identidad y el esfuerzo se vivían con orgullo. “Yo soy boricua, soy latino. Esta es mi gente”, aseguró con voz firme. “Mi madre llegó a este país como inmigrante, y aunque mi padre nació en Puerto Rico, tuvo que luchar desde abajo, crecí viendo esa lucha, y ahora la veo reflejada en mis clientes todos los días”.