Nadie mejor que Rob de León sabe por lo que pasa una persona que ha estado en prisión y lo que necesita.
Pasó parte de su juventud en prisión y ahora, en su puesto de Director Ejecutivo Adjunto de The Fortune Society, se dedica en cuerpo y alma a ayudar a personas que buscan una segunda oportunidad en sus vidas.
“Crecí por debajo del nivel de pobreza, con una madre con adicciones”, dijo. “A los 12 años ya estaba en la calle, sin supervisión, y mi padre no estaba presente en mi vida”.
Los modelos a seguir de De León fueron los narcotraficantes del barrio donde creció, quienes lucían joyas caras y autos de lujo.
“Eran uno de los pocos ‘negocios’ que existían en la comunidad”, dijo. “Era nuestra realidad en los años ochenta”.
Para De León, que pasó casi una década en prisión, el punto más bajo de su vida fue cuando murió su madre y lo llevaron esposado al funeral. Allí vio a su pareja de entonces y a su hija de meses.
“Me di cuenta de que estaba arruinando mi vida”, dijo.
Desde hace dos décadas, De León se dedica a ayudar a personas que vivieron lo mismo que él y que necesitan volver a adaptarse a la sociedad. La organización Fortune Society ofrece servicios de alimentación, atención médica, tratamiento de adicción a las drogas, capacitación laboral, etiqueta, gestión financiera y muchos otros.
Es una de las organizaciones líderes en ofrecer servicios a personas que estuvieron en prisión; Cada año ayuda a unas 10 mil personas. También lidera campañas que luchan por la reforma de la justicia penal y alternativas al encarcelamiento; En ellos, De León es uno de los pocos latinos y puertorriqueños que está directamente involucrado en esta misión.
“Mi hija ahora tiene 30 años, es abogada, tiene una hija y está embarazada nuevamente”, dijo el orgulloso abuelo. “Ya cumplí 20 años en esto y aún me queda mucho por hacer”.
