Fuera de su trabajo como presentador de noticias y reportero, Víctor Javier Solano es un ávido conversador al que le encanta salpicar sus charlas con el humor que sólo tiene un colombiano como él.
“Vine a Washington a estudiar inglés durante seis meses”, dijo el periodista de Noticias 41 Univision. “Y mira, llevo aquí casi 30 años”.
Las circunstancias hicieron que Solano, una de las voces más respetadas de la televisión local, echara raíces en un país que lo ha tratado bien y que le ha permitido desarrollar su carrera de manera ininterrumpida desde 1995.
En ese momento, tres días después de llegar a Washington, apenas los medios colombianos supieron que Solano se encontraba en la capital estadounidense, comenzaron a pedirle notas. Fueron años de mucha actividad, con Ernesto Samper en la presidencia de Colombia, una guerrilla implacable y la posibilidad de que esa nación perdiera su certificación y los fondos que Estados Unidos otorga a otros países para la lucha contra el narcotráfico.
“No hablaba inglés, pero me tiraron al agua”, dijo el periodista. “Tuve que ir a la Casa Blanca, al Departamento de Justicia y al mismo tiempo estudiaba, y me quedé, me quedé”.
En Colombia, Solano ya había demostrado su calidad como comunicador al ganar en cuatro ocasiones el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, el máximo reconocimiento al periodismo en ese país. También había logrado entrevistar al colombiano Manuel Marulanda Vélez, uno de los guerrilleros más influyentes del mundo.
Mientras estaba en Washington trabajando de forma independiente, lo llamaron para ofrecerle un trabajo en CBS Telenoticias de Miami, el ala hispana de la cadena CBS. Luego se mudó a Chicago Telemundo y pasó allí cuatro años muy felices.
“Los compañeros y la comunidad mexicana me trataron muy bien”, dijo Solano, nacido en Huila, en el suroeste de Colombia.
Hace 18 años fue traído a Noticias 41 Univisión de Nueva York, donde espera seguir ampliando su carrera en el área de los podcasts, grabando audiolibros y, muy pronto, escribiendo su libro autobiográfico.
“Ya estoy escribiendo historias personales”, dijo Solano, uno de ocho hermanos. “Cómo me fui a Bogotá”.
