Se trata de posiciones de liderazgo local, que de acuerdo con los balances políticos, para gran parte de los sufragantes y residentes, son funciones prácticamente desconocidas, en uno de los territorios neoyorquinos, además definido por poco entusiasmo en asuntos electorales.
Los residentes de El Bronx, que en más de un 64% son de origen hispano, ya no salen corriendo despavoridos de forma tan frecuente, por la acción de grandes pandillas, como hace unas décadas, cuando ese condado estaba señalado como uno de los más violentos del país. Ya eso cambió.
Pero en este 2025, cuando se debate el destino político del condado de la salsa, el merengue, el reggaeton y el hip hop, la inquietud más frecuente de sus residentes, es cómo sobrevivir en una economía inflacionaria, que sigue expulsando a sus residentes, por el aumento sostenido de la renta y el bajo inventario de viviendas asequibles.