A Fareed Adeyi lo mataron mientras esperaba dentro de su auto frente a una lavandería cerca de su casa en El Bronx (NYC), sin imaginar que la reciente compra del vehículo a uno de sus mejores amigos lo llevaría a ser baleado por error, según la policía.
Adeyi, de 26 años, murió acribillado al volante de su recién adquirido Volkswagen Passat frente a “LaundryBee”, en White Plains Road, en Williamsbridge, alrededor de las 6:40 p.m. del 7 de octubre, según la Policía de Nueva York. Dos semanas después Norman Moore (64) y su hijo Devonte Moore (24) fueron arrestados como sospechosos del crimen, además del presunto pistolero, un adolescente de 16 años.
Al parecer, el trío de sospechosos desconocían que el auto había sido vendido y asumieron que su anterior dueño, Carlton McKenzie, estaba al volante, según fuentes policiales. McKenzie, de 26 años, le había vendido el auto a su amigo y compadre Fareed apenas tres semanas antes.
La víctima trabajaba como repartidor de Amazon y tenía grandes planes. “Quería ingresar a la Infantería de Marina”, dijo a Daily News su padre, Kareem Adeyi, de 64 años. “En el Ejército puedes estudiar lo que quieras, ir a la universidad, aprender un oficio. Ya sabes, llegar a ser alguien”.
El padre de Fareed afirma que su hijo ignoraba que McKenzie estaba en libertad bajo fianza de $100,000 dólares y enfrentaba cargos por intento de homicidio por un tiroteo ocurrido en agosto. “Si él le hubiera contado a mi hijo sobre sus problemas, mi hijo jamás habría comprado ese auto”, afirmó el compungido padre. “Jamás, jamás, jamás”.
“Lo culpo a él”, dijo Kareem refiriéndose a McKenzie, de quien se cree que no estuvo presente en la escena del crimen. “Mi hijo era el padrino de su hija. Mi hijo se portó bien con él”.
Devonte Moore, uno de los tres sospechosos acusados del homicidio por error de identidad de Adeyi, tenía motivos de sobra para buscar venganza contra McKenzie. Ambos se enfrentaron a tiros frente a la estación de metro de Gun Hill Road, en una zona comercial de White Plains Road, cerca de E. 211th St., alrededor de las 5:20 p. m. del 23 de agosto, según la fiscalía.
Ambos hombres resultaron heridos: Moore, con dos disparos en el pecho, fue hospitalizado en estado crítico pero sobrevivió; mientras que McKenzie fue reportado estable con un balazo en el muslo izquierdo. Seis semanas después, Moore, ya recuperado y de vuelta en la calle, supuestamente fue a la lavandería con su padre y un adolescente con la intención de ajustar cuentas con McKenzie, según fuentes policiales. Pero en cambio Adeyi estaba tras el volante.
Recibió varios disparos en el pecho y falleció en Jacobi Medical Center, dejando a sus padres y dos hermanas mayores, devastada. Los tres sospechosos de matarlo fueron arrestados uno a uno durante las semanas siguientes y acusados de homicidio. El nombre del adolescente no ha sido revelado por ser menor de edad.
Mientras tanto, McKenzie deberá comparecer nuevamente ante el Tribunal Penal de El Bronx el 8 de diciembre por el caso de intento de homicidio derivado del tiroteo ocurrido en agosto.
Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal.
La violencia juvenil con golpes y armas de fuego y blancas es constante en Nueva York, incluyendo ataques a a agentes de NYPD. Algunas víctimas son alcanzadas al azar. Los enfrentamientos suelen estar vinculados con batallas entre pandilleros por el territorio, y los sospechosos a veces se incriminan al alardear y publicar sobre sus crímenes en las redes sociales.
Hay víctimas de todas las edades. La semana pasada Martial H. Amilcar, alias “Drippy”, miembro de la pandilla Hyena Crips, fue sentenciado a 30 años de prisión por el homicidio “por error” del quinceañero Samuel Joseph y el intento de robo a mano armada en una farmacia en Brooklyn (NYC).
A principios de este mes un adolescente de 16 años murió baleado cuando estaba visitando amigos en Brooklyn (NYC), 90 minutos después de enviarle un mensaje de texto a su madre. Previamente Jonathan Adams (18) recibió un disparo mortal en la cabeza dentro de una vivienda en Queens (NYC) y seis personas fueron detenidas para ser interrogadas.
En septiembre Sanjay Samuel, niño de 13 años, murió en el hospital donde estaba en coma, dos días después de haber sido baleado en la cabeza camino a la escuela en Queens (NYC). A fines de agosto una mujer de 69 años que caminaba con una andadera fue alcanzada mortalmente en la cara por una bala perdida a una cuadra de su casa durante un tiroteo a plena luz del día en East Harlem.
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