“Todos los días, los valientes hombres y mujeres del Departamento de Policía de Nueva York están haciendo este peligroso trabajo: trabajar para proteger a los neoyorquinos contra los reincidentes violentos y armados. Y cuando se despliegan oficiales bien capacitados en las áreas adecuadas, los neoyorquinos pueden ver y sentir la diferencia”, agregó Adams, al tiempo que criticó el impacto que cambios legislativos estatales en materia de descubrimiento han tenido en la desestimación de casos por infracciones técnicas y el aumento de los tiempos de procesamiento de actos en los que hay armas involucradas.
Nueva York todavía dista mucho de ser un paraíso donde la seguridad pública reine a sus anchas. Pero en una percepción que comienza a tener buena parte de los neoyorquinos, apoyada en estadísticas, los incidentes violentos causados con armas de fuego, siguen disminuyendo considerablemente.
Las autoridades revelaron que en febrero pasado hubo 42 tiroteos en los cinco condados, 20% menos que los 53 que se registraron en el mismo período del 2024. Y las víctimas de ese tipo de hechos en el último mes reportado, un total de 43, también se redujeron considerablemente, en más de 42%. Sin embargo familias y comunidades siguen sintiendo los estragos de las armas.
Pero, qué es lo que está funcionando en la Gran Manzana para que los tiroteos estén registrando esas disminuciones, lo que de paso repercute en los índices de criminalidad en general, ya que de acuerdo a datos de la Ciudad, los delitos graves también siguen una tendencia a la baja. Cifras de febrero mostraron una disminución del 14.5% en los delitos graves en toda la ciudad.
