Nacional. La Asociación Dominicana de Cardiólogos Intervencionistas afirmó que atribuir el 50% de los casos de insuficiencia cardíaca post-infarto a la falta de trombólisis es una simplificación errónea.
La Asociación Dominicana de Cardiólogos Intervencionistas afirmó ayer que la angioplastia primaria o cateterismo es el tratamiento de elección en pacientes con infartos cardiacos y que la trombólisis no es la mejor estrategia de reperfusión, cuando se tiene acceso a la angioplastia primara en tiempos adecuados.
Explica la entidad médica que la trombólisis sólo debe administrarse cuando no hay acceso a angioplastia primaria dentro de los primeros 120 minutos desde el primer contacto médico y que, por lo tanto, es un error afirmar que la insuficiencia cardíaca podría evitarse en la mayoría de los pacientes simplemente con trombólisis.
“No es cuestión de “intereses”, sino de aplicar la mejor estrategia para salvar vidas y reducir secuelas. Si bien la trombólisis es una opción válida cuando no hay acceso rápido a angioplastia, no puede promoverse como la única solución ni como un tratamiento negligentemente ignorado”, indica la Sociedad de Cardiólogos Intervencionistas.
La entidad afirma que el problema real es el retraso en la reperfusión, no la elección de cateterismo sobre trombólisis. Cita que el verdadero desafío en República Dominicana no es que los médicos prefieran la angioplastia sobre la trombólisis, sino la falta de un sistema eficiente de redes de atención cardiovascular.
Los especialistas emitieron un comunicado en respuesta a declaraciones ofrecidas por el coordinador del Programa Nacional de Reperfusión Coronaria (Pronarcor), donde señala que el 50% de los que hacen infartos cardíacos en el país terminan en insuficiencia, y que esa complicación podría evitarse en muchos casos, si cuando llegan a las emergencias se les aplicara el medicamento trombolítico, el cual está disponible en 30 hospitales.
Complicación frecuente
Los especialistas señalan en su comunicado que es cierto que la insuficiencia cardíaca es una complicación frecuente del infarto agudo de miocardio (IAM), y su incidencia varía según el tiempo de reperfusión, la extensión del daño miocárdico y la presencia de comorbilidades, pero que atribuir el 50% de los casos de insuficiencia cardíaca post-infarto a la falta de trombólisis es una simplificación errónea.
