Comprobado: vivir cerca del mar alarga la vida
Cerrado el mes de agosto, los turistas se despiden un año más de la costa y regresan a las ciudades de interior, volviendo descansados y con una sensación de bienestar. No es solo el parón de trabajar por las vacaciones: vivir cerca de la playa podría tener beneficios tangibles para la salud a largo plazo, según un reciente estudio publicado en la revista Environmental Research.
Investigadores de la Universidad de Ohio han llevado a cabo un análisis de más de 66.000 áreas censales estadounidenses para observar el efecto del agua del mar en la salud. Los resultados muestran que las personas que viven cerca de la costa tienen una esperanza de vida mayor que quienes residen en el interior. En palabras del estudio, “la proximidad a aguas costeras (dentro de 50 km) se asocia positivamente con la esperanza de vida”, mientras que “la proximidad a cuerpos de agua interiores (≥20 km²) se asocia negativamente”. Aquellos que residían cerca de la costa tenían una esperanza de vida promedio de un año o más por encima de la media nacional, de 79 años. Esta diferencia se mantiene incluso al ajustar por variables socioeconómicas y ambientales.
¿Por qué afecta la costa a la longevidad?

El análisis identificó varios factores que explican esta disparidad. Las zonas costeras presentan temperaturas más moderadas, menos días de calor extremo, mejor calidad del aire y mayor acceso a actividades recreativas. Además, los residentes de la costa suelen tener ingresos más altos, lo que se asocia a una mayor esperanza de vida; y menor exposición a contaminantes como el humo de incendios o partículas finas. Por ejemplo, la media de días de calor extremo en áreas cercanas a aguas interiores fue de 21 días al año, frente a solo 2,2 días en zonas costeras. La concentración anual de partículas contaminantes también resultó más baja en la costa (0,52 μg/m³) que en el interior (0,78 μg/m³).
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