Y la astronomía está corrigiendo un error que durante años condicionó las expediciones a las lunas del planeta. Todo gracias a la visita hace más de 40 años de la sonda de la NASA, viajero 2.
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Un nuevo análisis muestra que la visita de la Voyager coincidió con una poderosa tormenta solar, lo que lleva a una idea engañosa de cómo es realmente el sistema de Urano.
De esta forma, ahora se sabría que los satélites más grandes son esferoidales, lo que indica que han alcanzado el equilibrio hidrostático, y algunos muestran signos de actividad geológica interna, como cañones y vulcanismo en sus superficies.
Según la BBC, el problema inicial era que el campo magnético de un planeta atrapa cualquier gas y otros materiales que salen del planeta y sus lunas. Estos pueden ser de los océanos o de la actividad geológica. La Voyager 2 no encontró ninguno, lo que sugiere que Urano y sus cinco lunas más grandes eran estériles e inactivas.
La nueva investigación muestra que justo cuando la Voyager 2 sobrevolaba Urano, el Sol estaba furioso, creando un poderoso viento solar que podría haber arrastrado material y distorsionado temporalmente el campo magnético.
Por lo tanto, durante 40 años hemos tenido una visión incorrecta de cómo son normalmente Urano y sus cinco lunas más grandes, según el Dr. William Dunn del University College London.
“Estos resultados sugieren que el sistema de Urano podría ser mucho más interesante de lo que se pensaba anteriormente. Allí podría haber lunas que podrían tener las condiciones necesarias para la vida, podrían tener océanos debajo de la superficie que podrían estar repletos de peces”.
Según el Dr. Jamie Jasinski de la NASA, cuya idea era reexaminar los datos de la Voyager 2, la misión deberá tener en cuenta sus resultados a la hora de diseñar sus instrumentos y planificar el estudio científico.
“Algunos de los instrumentos para la futura nave espacial se están diseñando con ideas de lo que aprendimos de la Voyager 2 cuando pasó por el sistema cuando estaba experimentando un evento anormal. Por lo tanto, tenemos que repensar exactamente cómo vamos a diseñar la nave espacial”. nuevos instrumentos de misión para que podamos capturar mejor la ciencia que necesitamos para hacer descubrimientos”.
La publicación de estos resultados se realizó en Revista Naturaleza Astronomía.