En 2023, el Telescopio espacial James Webb (JWST) hizo historia al detectar un supernova que explotó aproximadamente 11,4 mil millones de añoscuando el universo tenía menos de 2 mil millones de años. Este descubrimiento, parte del programa. JADES (Estudio extragaláctico profundo avanzado de James Webb)ha abierto una nueva ventana al estudio de las primeras estrellas y su impacto en la evolución del cosmos. La supernova, llamada EN 2023adsvpertenece a una época en la que las estrellas eran significativamente diferentes a las actuales: más masivas, más calientes y con explosiones de proporciones colosales.
Este evento destaca no sólo por su edad, sino también por las condiciones extremas de su estrella madre, que se estima que tuvo 20 veces la masa del sol. Su análisis podría ayudar a aclarar cómo las primeras generaciones de estrellas influyeron en la formación de elementos más pesados y cómo estas violentas explosiones transformaron el universo primitivo.
El Telescopio James Webb ha revolucionado el estudio de las supernovas al observarlas en longitudes de onda infrarrojas, fundamental para detectar eventos a distancias extremas. EN 2023adsv Fue descubierto en una galaxia masiva en el universo temprano. Según los investigadores, la luz de esta supernova ha viajado durante más de 11 mil millones de años para llegar a la Tierra.
El descubrimiento no sólo destaca la capacidad del JWST para explorar el universo temprano, sino que también plantea preguntas clave sobre la naturaleza de estas explosiones. Según el equipo, dirigido por David Coulter, “La alta energía de la explosión indica que las supernovas en el universo primitivo podrían haber tenido propiedades diferentes a las actuales”.”. Este tipo de eventos permiten a los astrónomos investigar las primeras generaciones de estrellas, conocidas como Población IIIformado en un ambiente químicamente primitivo y responsable de la síntesis de elementos más pesados.
Supernovas como AT 2023adsv son la culminación del ciclo de vida de estrellas masivas. Estas estrellas nacieron en una época en la que el universo estaba compuesto casi exclusivamente de hidrógeno y heliolos elementos más simples. La ausencia de elementos más pesados, que los astrónomos llaman rielesinfluyó en su evolución, haciéndolas más grandes, más calientes y de vida más corta.
Cuando una estrella con más de 8 veces la masa solar se queda sin combustible, colapsa, formando un agujero negro o estrella de neutrones, mientras que su capa exterior es expulsada en una explosión catastrófica. Estas explosiones no sólo iluminan el cosmos, sino que enriquecen su entorno con elementos como el carbono, el oxígeno y el hierro, esenciales para la formación de futuras generaciones de estrellas y planetas. La alta energía observada en AT 2023adsv podría deberse a la baja metalicidad de su estrella madre, lo que habría permitido una explosión más violenta y luminosa.
El telescopio James Webb ha demostrado ser una herramienta indispensable para estudiar el primeras estrellas y sus explosiones. Observaciones como las del programa JADES han permitido detectar más de 80 supernovas del universo temprano, un número que seguirá creciendo con telescopios complementarios como el Nancy Grace Roman, cuyo lanzamiento está previsto para 2026.
El éxito de AT 2023adsv demuestra que es posible estudiar con precisión acontecimientos tan distantes. Este avance refuerza la importancia de los telescopios infrarrojos para comprender los procesos que dieron forma al cosmos. Según el miembro del equipo Takashi Moriya, “estos descubrimientos son esenciales para analizar cómo evolucionaron las explosiones estelares a lo largo del tiempo y cómo influyeron en la distribución de los elementos en el universo”.
AT 2023adsv es más que un estallido estelar: Es una mirada directa a un universo muy diferente al actual. La galaxia anfitriona de esta supernova es más pequeña y menos rica en metales que las galaxias contemporáneas, un reflejo de las condiciones del cosmos primitivo. Por otro lado, el evento confirma que estrellas masivas del pasado podrían liberar hasta el doble de energía que las supernovas actuales, una pista crucial sobre cómo la metalicidad influye en estos eventos.
Este tipo de estudios también tienen implicaciones para comprender cómo las primeras estrellas contribuyeron a fenómenos más grandes, como reionización del universoun período crítico en la historia cósmica que marcó el fin de la “edad oscura”.
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