El universo nunca deja de sorprendernos y muchas veces los descubrimientos más fascinantes surgen cuando menos se esperan. Esto fue exactamente lo que le sucedió a un equipo de astrónomos que, mientras buscaban signos de agujeros negros esenciales, acabó encontrando algo totalmente inesperado: una nueva clase de explosiones cósmicas. Estos han sido nombrados como milinovas (del ingles milinovas), nombre que hace referencia a su brillo, aproximadamente mil veces menor que el de las novas clásicas. Sin embargo, por ser “menos brillantes” no son menos importantes. De hecho, este descubrimiento tiene el potencial de revolucionar nuestra comprensión de las estrellas binarias y los estallidos de rayos X.
El descubrimiento, liderado por científicos del Universidad de Varsoviallegó cuando analizaron más de 20 años de datos recopilados por el Experimento de lentes gravitacionales ópticas (OGLE). “Nos encontramos con un grupo de estrellas variables que mostraban estallidos característicos con formas de triángulos simétricos, algo que no se parecía a ninguna estrella conocida”, explica el Dr. Przemek Mróz, autor principal del estudio. Este apasionante descubrimiento se centra en los acontecimientos observados en el Gran Nube de Magallanes (LMC) y el Pequeña Nube de Magallanes (SMC)dos galaxias cercanas a la nuestra.
Las milinovas son una clase completamente nueva de explosiones cósmicas que emiten rayos X y que, hasta ahora, no han sido observadas ni clasificadas. Estas explosiones ocurren en sistemas binarios formados por una enana blanca —el remanente extremadamente denso de una estrella muerta—y un estrella subgiganteel cual se encuentra en una etapa avanzada de su evolución. En estos sistemas, la enana blanca “roba” material a la subgigante, acumulándolo en su superficie. Este proceso genera temperaturas extremadamente altas, lo que resulta en ráfagas periódicas de radiación y luz.
Aunque las milnovas son menos brillantes que las supernovas o las novas clásicas, tienen características únicas que las hacen destacar. Durante una explosión, estas estrellas aumentan su brillo entre 10 y 20 veces durante varios meses, alcanzando temperaturas superiores a 600.000 grados centígrados. Para ponerlo en perspectiva, son más calientes que las estrellas más calientes conocidas hasta ahora.
el nombre milinovas proviene de su brillo característico, que es aproximadamente mil veces menor que el de nuevos clásicos. Aunque el término fue acuñado en inglés como milinovassu uso en español mantiene la misma raíz para reflejar esta peculiaridad de intensidad. Este nombre no sólo ayuda a diferenciarlos de otros fenómenos estelares, sino que también resalta su singularidad dentro del complejo espectro de las explosiones cósmicas.
El descubrimiento de las milinovas se produjo en el Gran Nube de Magallanes (LMC) y su vecina, Pequeña Nube de Magallanes (SMC)Dos galaxias satélites de la Vía Láctea. Estas galaxias, situadas a unos 160.000 años luz de distancia, son ideales para observar eventos cósmicos gracias a su relativa proximidad y a la claridad con la que se pueden estudiar sus estrellas.
Entre los hechos más destacados se encuentra el OGLE-mNOVA-11que entró en la fase de explosión en noviembre de 2023. Este evento fue seguido de cerca por telescopios como el Gran Telescopio de África Austral (SALT) y el Observatorio Swift Neil Gehrels de la NASA, que detectó emisiones de rayos X. Los análisis revelaron temperaturas extremadamente altas y la presencia de elementos como helio ionizado, carbono y nitrógeno.
Aunque pueden parecerse a otros eventos, como nuevos clásicos o el supernovasLas milinovas son únicas. Las novas clásicas son explosiones termonucleares en la superficie de una enana blanca que expulsan materia al espacio, mientras que las supernovas destruyen completamente la estrella en un evento catastrófico. Por el contrario, las milinovas son explosiones más suaves que no expulsan materia al espacio, lo que permite a la enana blanca seguir acumulando masa.
Otra diferencia importante es la regularidad de las milinoves. Algunas de estas estrellas tienen explosiones recurrentes cada pocos años, mientras que otras sólo explotan una vez durante el período de observación. Esta recurrencia los convierte en fenómenos ideales para un seguimiento y estudio continuo.
Millinoves podría desempeñar un papel crucial en la formación de supernovas tipo Ialos cuales son fundamentales para medir distancias en el universo. Estas explosiones actúan como “velas estándar”, ya que su luminosidad es lo suficientemente uniforme como para calcular con precisión distancias cósmicas. Este tipo de supernovas fue clave para descubrir que el universo se está expandiendo a un ritmo acelerado, hallazgo que le valió el Premio Nobel en 2011.
Si las milnovas son realmente precursoras de las supernovas de tipo Ia, podrían ofrecer información valiosa sobre los procesos que conducen a estas explosiones y mejorar nuestras técnicas de medición astronómica. Por otro lado, al monitorear eventos como los de OGLE-mNOVA-11, Los astrónomos esperan identificar patrones que indiquen cuándo y cómo una enana blanca está cerca de alcanzar el límite crítico para explotar como supernova..
El origen exacto de los rayos X en las milnovas sigue siendo un misterio. Hasta ahora se han propuesto dos hipótesis principales: la primera sugiere que los rayos X provienen de un cinturón de gas que choca con la superficie de la enana blanca. El segundo propone que las explosiones son el resultado de débiles reacciones termonucleares en la superficie de la estrella. Estas explosiones no son lo suficientemente fuertes como para expulsar materia, lo que permite que la enana blanca siga acumulando masa.
En el futuro, el equipo planea monitorear los 29 objetos identificados en tiempo real y realizar más observaciones para comprender mejor los procesos físicos detrás de estas explosiones.
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