El nuevo monstruo aéreo destructor chino que puede lanzar cientos de drones a la vez

En el tablero global, donde la tecnología militar define cada movimiento, una nueva creación china ha encendido las alarmas. Se trata del Jiu Tian, un portadrones bautizado como “la diosa de la guerra”, una aeronave que inaugura una era en la que los enjambres autónomos podrían decidir el resultado de los conflictos.

Mientras las grandes potencias observan con atención cada avance en inteligencia artificial y automatización bélica, China ha dado un salto que podría reescribir las reglas de combate aéreo. Detrás del Jiu Tian no hay solo un avión: hay una estrategia para dominar los cielos sin pilotos humanos.

Jiu Tian: la nave nodriza del futuro

El Jiu Tian, cuyo nombre significa “Nueve Cielos”, es un coloso de 25 metros de envergadura y 16 toneladas de peso máximo al despegar. Su estructura está pensada para actuar como una nave nodriza aérea, capaz de transportar seis toneladas de drones o municiones y lanzarlas a gran altitud.

Con un motor a reacción montado sobre el fuselaje, puede volar hasta 15.000 metros de altura y cubrir distancias superiores a 7.000 kilómetros, lo suficiente para atravesar defensas enemigas y ejecutar misiones de largo alcance.

Pero lo que realmente diferencia al Jiu Tian es su sistema de despliegue de enjambres: compartimientos ventrales modulares que pueden liberar hasta 100 drones simultáneamente, coordinados entre sí por inteligencia artificial. Estos miniaparatos pueden saturar radares, confundir defensas antiaéreas y atacar en grupo desde múltiples direcciones, una táctica que ningún sistema convencional puede contrarrestar del todo.

La aeronave, desarrollada por la Aviation Industry Corporation of China (AVIC) y fabricada por Xi’an Chida Aircraft Parts Manufacturing, fue presentada oficialmente en 2024. Su primer vuelo de prueba está previsto para 2025, y aunque aún no se ha confirmado su producción masiva, las imágenes difundidas por la prensa militar china ya la muestran como el símbolo de una nueva generación de guerra no tripulada.

La apuesta china por la guerra sin pilotos

China no es ajena a la competencia tecnológica. Durante la última década, el país ha invertido masivamente en inteligencia artificial aplicada a la defensa, desde misiles guiados por visión hasta drones de combate autónomos.

El Jiu Tian es el resultado más visible de esa estrategia: una plataforma versátil que puede cambiar su rol en cuestión de horas, pasando de operaciones de ataque a rescate, vigilancia o interferencia electrónica gracias a su diseño modular.

Este enfoque encaja con la visión de Beijing de construir un ejército inteligente para 2035, donde la mayoría de las misiones críticas puedan realizarse sin tripulación humana. En un contexto de tensiones crecientes con Estados Unidos y sus aliados, esta “diosa de la guerra” no es solo un logro técnico: es también un mensaje político sobre la autosuficiencia y el poder disuasorio del país.

La guerra moderna: drones, enjambres y algoritmos

Los drones ya son protagonistas del campo de batalla. La guerra en Ucrania, por ejemplo, marcó un punto de inflexión al mostrar cómo equipos civiles modificados y drones militares avanzados pueden alterar el curso de una ofensiva.

Rusia, el 18 de mayo de 2024, lanzó un ataque masivo con más de 270 drones Shahed, una operación que demostró la eficacia, y el terror psicológico, de los enjambres. Pero el Jiu Tian lleva esa idea mucho más lejos: una flota entera coordinada por una sola mente digital.

Estados Unidos e Israel, líderes tradicionales en tecnología de drones, enfrentan ahora una competencia real. El desarrollo chino abre un nuevo capítulo en la carrera armamentista, uno donde la cantidad y la inteligencia colectiva de las máquinas pesan más que la potencia individual de cada avión.

Los analistas advierten que los enjambres podrían anular la ventaja de los cazas tripulados y complicar la defensa de infraestructuras críticas. Ya no se trata de interceptar misiles: se trata de enfrentar cientos de objetivos diminutos, rápidos y coordinados, imposibles de eliminar uno a uno.

El amanecer de una nueva era militar

El Jiu Tian no es solo un prototipo: es un símbolo de la guerra que viene. Su capacidad para desplegar enjambres desde el cielo redefine el concepto de superioridad aérea. En un futuro cercano, los enfrentamientos podrían librarse entre algoritmos, donde la velocidad de decisión de una IA determine la victoria o la derrota.

Mientras China avanza con paso firme, las demás potencias ajustan sus estrategias, conscientes de que la guerra del siglo XXI será autónoma, distribuida y casi invisible.
La “diosa de la guerra” ya ha despertado. Y su eco se escucha más allá de los laboratorios militares.