Intel vuelve a pisar el acelerador en la carrera de la fabricación avanzada. Tras años de retrasos, rediseños y una estrategia más abierta al mercado externo, la compañía asegura que sus nodos 18A y 14A están progresando de forma sostenida, justo a tiempo para uno de sus lanzamientos más importantes: la llegada de Panther Lake en 2026, la primera arquitectura en muchos años fabricada íntegramente sobre su propio silicio de vanguardia.
Un nuevo capítulo para Intel: el regreso de la fabricación propia a gran escala
Durante la última década, la compañía perdió competitividad frente a TSMC y Samsung, especialmente al no poder sacar adelante sus procesos más avanzados con el ritmo que exigía la industria. Esa debilidad provocó que incluso productos clave recurrieran a la fabricación externa.
Ahora, según las declaraciones del vicepresidente de Planificación Corporativa e Inversores, John Pitzer, Intel está entrando por fin en una fase de estabilidad: el nodo 18A (1,8 nm) ha mejorado drásticamente sus rendimientos en los últimos siete u ocho meses, con incrementos del 7% mensual. Ese porcentaje, aparentemente modesto, es considerado el estándar industrial que permite escalar una tecnología hacia la producción masiva.
Este rendimiento más predecible no solo reduce costes: también aumenta el número de chips funcionales por oblea, algo que determina la rentabilidad y viabilidad del nodo. Y esa es la clave para que Panther Lake —previsto para principios de 2026— pueda fabricarse íntegramente con silicio de Intel, marcando un retorno que la compañía lleva años buscando.
Aunque 18A será en un inicio un nodo enfocado a productos internos, representa el pilar tecnológico que permitirá a Intel competir en rendimiento, eficiencia energética y densidad con los procesos N2 y posteriores de TSMC.
14A toma la delantera: el nodo que puede decidir el futuro de Intel Foundry
Si 18A es el paso para recuperar el control interno, el nodo 14A es la pieza estratégica para conquistar el mercado externo. Y aquí Intel ofrece un mensaje aún más optimista: 14A está “significativamente más adelantado” que 18A cuando ambos se encuentran en etapas equivalentes de desarrollo.
Las razones son varias:
- Segunda generación de transistores GAAFET, una evolución que debería ofrecer mayor eficiencia y escalabilidad.
- Backside Power totalmente implementado, una tecnología que reorganiza la alimentación eléctrica del chip para mejorar tanto el consumo como la densidad.
- Kit de diseño de proceso (PDK) más maduro, crucial para que grandes clientes externos puedan diseñar chips sobre el nodo y reservar capacidad.
Esto convierte al 14A en un nodo “decisivo”: Intel no solo quiere fabricar sus propios procesadores; quiere competir frontalmente con TSMC como fundición para terceros. Y ese movimiento solo tiene éxito si los clientes confían en que el proceso está listo, es fiable y ofrece ventaja real.
El interés por parte de compañías externas parece ser mayor que en nodos anteriores, señal de que la estrategia IFS (Intel Foundry Services) podría estar entrando en un punto de inflexión.
Un 2026 crucial para Intel: Panther Lake será la prueba definitiva
Los primeros chips Panther Lake no solo deberán demostrar rendimiento competitivo: también tendrán que validar ante toda la industria que Intel ya puede entregar nodos avanzados con calidad y volumen. Ese doble objetivo —recuperar liderazgo tecnológico y atraer clientes— define toda la estrategia actual de la empresa.
El sector considera que si 18A y 14A cumplen los plazos, Intel podría cerrar por fin la brecha con TSMC y recuperar parte de su influencia histórica. Pero también es consciente de que cualquier desviación en los rendimientos modificaría calendarios, comprometería acuerdos y frenaría el regreso de Intel como gran fundición global.
Lo único claro es que 2026 será un año decisivo. Y el mercado observa cada anuncio de rendimiento con lupa.
[Fuente: Profesional Review]🌐Fuente🔗
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